ADRIANA LECOUVREUR
OPERA EN CUATRO ACTOS DE FRANCESCO CILEA-LIBRO DE
ARTURO COLAUTTI INSPIRADO EN LA OBRA TEATRAL DE EUGENE SCRIBE Y ERNEST LEGOUVE
DIRECCION MUSICAL DE CARLOS VIEU
DIRECCION ESCENICA –CRYSTAL MANICH
ESCENOGRTAFIA DE NOELIA GONZALEZ SVOBODA
VESTUARIO LUCIA MARMOREK
BUENOS AIRES LIRICA – TEATRO AVENIDA
Pensé que nunca más iba a tener la satisfacción de
aplaudir con auténtico entusiasmo y sin reservas una dirección escénica pero el
milagro se ha producido en esta excelente producción de BUENOS AIRES LIRICA, que “ para colmo de males “ contó con una
excepcional dirección musical de CARLOS VIEU y un elenco de muy buen
rendimiento vocal y escénico.
El trabajo de la regie fue notable. Ateniéndose a la
circunstancias que indican la necesidad de una concepción visualmente austera
que obedezca a las limitaciones de espacio del escenario del Teatro Avenida y
los modestos recursos de una compañía privada de Opera, la directora y su
escenógrafo concibieron 4 ambientes fácilmente transformables ( 2 de los 3
cambios de escenario se hicieron a telón abierto ) presididos por el
omnipresente teatro que es el centro de la vida de la protagonista. Esto
permitió que por ejemplo en el primer acto, que se desarrolla entre bambalinas,
el espectador pudiera ver a través de cortinados translucidos lo que ocurre en
el escenario de la obra que se representa, incluyendo el monólogo de Adriana
que tanto admira Michonnet, que en el tercer acto el célebre monólogo agresivo
de Adriana donde inculpa a la Princesa, su rival, sea representado desde lo
alto de la escena y sobretodo permite un toque maravilloso de magia escénica
cuando en el momento de Adriana morir, alucinada por el veneno que está acabando
con su vida, se sienta transportada al teatro y renazcan en escena los personajes
que la rodeaban en su vida de ficción como mudos fantasmas que vienen a
acompañarla en su partida, Por esta última escena sólo ya valdría la pena darse
una vuelta por el Teatro Avenida y aprender lo que es una dirección escénica
creativa pero al mismo tiempo respetuosa del texto que representa.
Manich además es una excelente directora de actores y
atenta al más mínimo detalle, obteniendo un gran trabajo interpretativo de todo
elenco, más allá de los diferentes grados de capacidad interpretativa de cada
uno
Claro, la Opera es ante todo música y por más
excelente que fuera la regie, nada estaría bien si la parte musical fuera de
inferior calidad, pero Buenos Aires lírica contrató un seguro eficaz contra tal
peligro , que es la batuta experiente y sensible de CARLOS VIEU, muy
probablemente el director más especializado en Opera que tiene el medio. Obtuvo
un gran rendimiento de la Orquesta con gran equilibrio entre los instrumentos,
un bellísimo sonido de las cuerdas , buen balance con los cantantes y por momentos la orquesta acompañó de tal
manera la acción que fue un puntal más de la puesta en escena. Así se hace.
Y vaya un elenco ¡! CHRISTIAN PEREGRINO en primer lugar fue casi un peché de richesse
como el Principe Bouillon, con su poderosa voz de bajo que pide compromisos
mayores y su estupenda presencia escénica, que trasmitió la autoridad y la
fatuidad de su personaje magníficamente . A su lado SERGIO SPINA hizo un trabajo de lujo, que lo ratifica como
un verdadero especialista de primerísimo nivel en este tipo de papeles. Un
Abate servido con gran sutileza teatral y una voz bien superior a lo que se
suele oír en este tipo de partes
complementarias.
Destacada presencia de WALTER SHWARZ como Quinault y una magnífica actuación de MAURO
DI BERT que se convierte en esencial
en la escena final, cuando su presencia muda entregándole la flor a la
desfalleciente Ádriana provoca un fuerte impacto emocional.
VIRGINIA WAGNER
no tiene todas las herramientas para ser una Adriana memorable. Algunas
notas graves se escuchan poco y sus pianísimos suelen quedar debajo de la
orquesta o correr el peligro de quebrarse como casi ocurre en el POVERI FIORI.
No es además por naturaleza una mujer imponente y le cuesta dar la gran diva, máxime
con el handicap de la estatura en el enfrentamiento con Mastrangelo. Pero en
cambio exhibió gran musicalidad, entrega absoluta al personaje, un impecable
registro agudo, y un buen volumen vocal de manera tal que más allá de estas
limitaciones, dio enteramente al
personaje y fue uno de los placeres de la noche,.
A su lado el tenor brasileño ERIC HERRERIO exhibió una
voz atractiva, de agudos excitantes por su belleza y volumen y un centro que
suena aún algo vacilante. Es todavía un actor rústico, especialmente cuando de
interpretar un Conde se trata, pero es también sensible y dedicado y
seguramente ira puliendo sus movimientos en la medida en que logre frecuentar
directores escénicos de este nivel que trabajen codo a codo con los
interpretes. Todo hace suponer que estamos en presencia de un tenor de importantes
recursos que hará carrera y fama en el gran
mundo de la Opera.
Yo sinceramente creí que era un error escalar a ADRIANA
MASTRANGELO para la Princesa de
Bouillon, en primer lugar por ser una mezzo de timbre más bien claro y en
segundo lugar por no conocerle antecedentes en el verismo. Celebro decir que me
equivoqué de palmo a palmo y que la suya fue una magnífica interpretación tanto
en lo vocal como en lo actoral, con toda la arrolladora fuerza que la partitura
y el libro le piden.
Decir que OMAR CARRION
es un actor sutil es repetirse, pero el culpable es él no yo. Finísima composición de Michonnet con
ese amor ahogado en si mismo que no osa salir pautado en cada mirada , cada
movimiento en un trabajo realmente conmovedor, apoyado además en su sólida voz
que superó con creces la dificultad de la parte que es quizás para un barítono
más bajo que Carrión que es un verdiano nato y luciendo en cambio su esplendido registro
agudo.
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