Casi siempre que veo el BNS, y en particular hoy
mientras veía embelesado el desfile de las bailarinas con sus vestidos azules
en la escena final y la solista bailando una música de ensueño ( ahora
para colmo con orquesta en vivo ¡!) me
pregunto si los montevideanos en general y los aficionados al ballet en
particular somos totalmente conscientes del milagro inusual que estamos
presenciando : la edificación en esta pequeña gran ciudad de América que no
tiene millones de habitantes ni presupuestos fantásticos a disposición, ladrillo a ladrillo de una
Compania de Ballet de nivel internacional, donde cada temporada, cada puesta
nueva es un paso en la dirección cierta.
Hay errores en el camino ¿? Yo no lo sé pero
probablemente sí porque ninguna empresa humana es perfecta . A lo largo de mi
convivencia con los integrantes del elenco y con sus familiares y amigos he
podido ver en el rostro de algunos la aparición de frustraciones por no recibir
el trato que esperaban o porque alguien ha sido contemplado de una manera sentida
por ellos como más justa. En general los
bailarines ( digo esto abarcando a los
dos géneros tal como se habla en idioma
español correcto ) no hablan. No se quejan.No dicen lo que piensan. Hay que saber
leer sus rostros y tener el oído muy atento para lo que dicen sus amigos y sus
familias, que son una presencia constante, especialmente cuando se trata de
jóvenes que han venido de los países vecinos ( y tengo la suerte de hablar muy
bien el portugués y entender todo lo que se dice en ese idioma ). Cuanto de esas
frustraciones es una mala evaluación que el artista ha hecho de si mismo y que
la realidad le desmiente y cuanto es un error de apreciación de quienes tienen
a su cargo el deber de evaluarlos es imposible saber porque habría que saber
tanto como los que están haciendo el trabajo y yo realmente estoy muy lejos de ello.
El hecho es que a la Compañía se la ve cada vez más
solida y más integrada , que los conjuntos son cada vez homogéneos y más
técnicos y que el elenco mantiene su característica diferencial de siempre
actuar, siempre hacer que hasta el último integrante de una línea sea un
personaje dotado de individualidad.
La función de hoy fue apoteótica. No hubo ninguno
de los accidentes que se produjeron en la difícil escena final del tercer acto
en las dos últimas representaciones y todo salió impecable.
Riccetto y Erni reiteraron sus bellísimas y muy
eficaces composiciones, ambos un placer de ver
y con una creciente confianza del uno con el otro que nace del tiempo de
bailar juntos.
Lo mismo puede decirse de Carvalho y Manzo en el
pas de deux del primer acto y de Fleita
y Queiroz en sus dos solos finales.
Toda la escena final con su ritmo en crescendo
volvió a ser impactante con un gran trabajo del grupo de 6 bailarines escogidos
para el solo final con el protagonista.
Párrafo aparte merece la gran composición de DANIEL
GALARRAGA como Dr.Coppelius, un trabajo
que fue mucho más que una caricatura penetrando hondo en la peculiar sensibilidad del alquimista con
una magistral escena final del segundo acto donde pone en evidencia todo su
dolor ante la destrucción de sus ilusiones. Uno de los grandes momentos de la
tarde.
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