Ya es casi una rutina que antes de inciarse
cualquier espectáculo del TEATRO ARGENTINO
haya una manifestación de sus funcionarios explicando el conflicto que
mantienen con la gobernación de la Provincia.
Aparte de los reclamos salariales, que no son muy
diferentes a los que presentan tantos otros gremios en estos tiempo de acelerado
crecimiento del costo de vivir, está el más grave problema aún de los trabajadores
que han estado brindando sus servicios de forma precaria sin haber sido nunca
incorporados al personal estable, habiendo atravesado varios gobiernos del
Teatro y de la Provincia sin que el problema sea resuelto , y muy especialmente
el personal de la orquesta que luego de presentarse a un concurso que convocó
el Teatro, lo ganaron pero nunca fueron efectivados. Una verdadera burla.
Hace un tiempo gráficamente se mostró en una sesión
cómo quedaría la orquesta si los músicos que no han sido incorporados regularmente
a ella se retiraran. Patético
A la inversa de lo que en situaciones similares
ocurre en el Teatro Colón el público reacciona siempre con fervor apoyando a
los trabajadores.
Y ayer no fue la excepción.
Pero me interesa destacar dos puntos nuevos que
aparecieron en la proclama:
La preocupación
de los rabajadores por la constante caída del número de espectadores provocada
por los muy particulares criterios con que se seleccionan los títulos a
representar que toman muy poco en cuenta los deseos del público.
La total
ineficiencia de la Oficina de Prensa que no divulga debidamente los espectáculos ( de hecho ni yo
ni OPERA IN THE WORLD sabemos oficialmente que hay un espectáculo en curso, de
lo cual nos enteramos por la esforzada actividad de los integrantes del elenco.
)
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