Aida - Anna Netrebko; El Faraón - Roberto Tagliavini; Amneris - Ekaterina Semenchuk; Radamès - Francesco Meli; Ramfis - Dmitry Belosselskiy; Amonasro - Luca Salsi Dirección: Riccardo Muti
Régie: Shirin Neshat
Escenografía: Christian Schmidt
Wiener Staatsopernchor Wiener Philharmoniker
TEATRO DEL FESTIVAL DE SALZBURGO
Felices los operómanos modernos que podemos gracias a las trasmisiones satelitales ver con bastante frecuencia lo que se hace en los grandes Teatros de Opera del mundo.
Tiemblo de solo pensar lo que hubiera sido si este recurso hubiera existido y hubiéramos podido ver y hasta guardar cosas como la TOSCA o la NORMA DE CALLAS, la ISOLDA O LA BRUNILDA DE MODL, por citar algunos ejemplos solamente.
Es claro que nada sustituye a la experiencia de ver a los cantantes en vivo y que muchas cosas se pierden en la trasposición, pero también funciona la ley de las compensaciones porque también se ganan algunas cosas : la posibilidad de ver muy de cerca las expresiones de los cantantes gracias a los close ups de las cámaras, y la posibilidad que tienen los ingenieros de sonido de equilibrar el sonido de las voces entre sí y con la orquesta, favoreciendo a cantantes que tienen calidad vocal pero no volumen que la amplificación les presta.
Es por eso que en estas trasmisiones surge una nueva estrella artística que es el director cinematográfico de la trasmisión, que adquiere una importancia similar a la del director musical y al escénico.
Esta versión de Salzburgo ha sido brillantemente filmada y permite apreciar una producción de gran nivel ..
Antes que nada la magistral dirección de RICCARDO MUTI indiscutido gran maestro del canto verdiano que logra una sutilísima versión . Baste mencionar como evidencia el delicadísimo sonido de los violines en el final de la Opera o la forma en que todos los cantantes han sido estimulados a utilizar los pianísimos produciendo algunos efectos dramático-vocales impactantes.
En segundo lugar la espléndida regie de SHIRIN NESHAT, muy atenta a los detalles con marcaciones de gran lógica teatral, que además rehuyeron los clichés. Por solo citar un momento de creatividad de la regista, menciono la escena de Amonasro en la escena de la marcha triunfal ( que aquí no existe como tal ) que al implorar gracia al Faraón y decirle que están dispuestos a morir , trae al frente a un niño provocando en el Faraón una reacción magistralmente dada por el bajo en la que se mezclan el dolor , la duda y hasta la vergüenza por haber siquiera pensado en un momento matarlos a todos.
Excelente desempeño del coro y de la Orquesta que es nada menos que la de Viena, una de las 3 mejroes del mundo.
En el plano de los solistas , la gran actuación que corresponde aplaudir de pie es la de la rusa EKATERINA SEMENCHUK, una voz impresionante, con graves y agudos de impacto y la fuerza expresiva de un volcán. Se sitúa entre las mejores Amneris de la historia.
Es raro ver un Radamés de piernas flaquitas y con una cierta vulnerabilidad, pero en compensación delicadísimo actor , capaz de intensas expresiones como ( ver la foto ) su emoción al recibir en sus brazos la bandera, y al fin un galán que hace creíble que soprano y mezzo se disputen sus favores. Vocalmente es también un Radamés más lírico de lo habitual, pero sabe llegar a las cúspides heroicas y en los momentos más líricos nos regala con su hermosísima mezza voce. Es el único, creo que junto con Vickers que se atreve a rematar el CELESTE AIDA con un do pianísimo como lo soñó Verdi.
Solidos vocalmene los dos bajos me impresionó mucho la expresividad de- DMITRY BELOSSELSKIY – como Faraón, reflejando el gran conflicto interno que sufre en el momento de decidir sobre la suerte de los prisioneros.
LUCA SALSI entregó un Amonasro sólidamente cantado y actuado con desenvoltura si bien algo epidérmico.
Y ANA NETREBKO, la soprano más taquillera de lo que va del siglo, sobre la que confluyen todos los focos de la fama.
Su AIDA es irreprochable. Domina de punta a punta la partitura y no hay terror para ella ni en la zona grave ni en la zona aguda ni cuando tiene que cantar piano ni cuando tiene que sobreponerse al coro. No es la voz del papel y no consigue disimularlo del todo. Los graves suenan muy bien pero al ir al registro agudo pierde color generando un contraste como si se tratara de dos voces, se le nota en algunos momentos un intrusivo vibratto y aluna respiración fuera de lugar, causada evidentemente por el esfuerzo por engrosar la voz. Como actriz es muy eficiente, pero a mi personalmente no me convence. Siempre que la veo me da la impresión de alguien que repite con maestría una lección bien aprendida pero que no logra involucrarse emocionalmente en lo que hace. Esa sensación se agrava cuando se la ve por este medio, que produce algunos primeros planos que denuncian una cierta impasividad anímica, especialemente en la mirada que luce siempre ausente.
A mi me gustó mucho la producción minimalista con sólo algunos elementos geométricos abstractos como escenografía y el suntuoso atemporal vestuario y no me chocó demasiado el anacronismo de vestir a los militares con ropas mucho más claramente identificadas con el mundo más moderno de la primera guerra mundial.
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