I PURITANI -BAL 2009 RIZZO ULLAN CARRION PEREGRINO

I PURITANI

OPERA DE VINCENZO BELLINI

DIRECCION MUSICAL -  GUILLERMO BRIZZIO

DIRECCION ESCENICA, ESCENOGRAFIA Y VESTUARIO  MARCELO PERUSSO

DIRECCION DEL CORO JUAN CASASBELLAS

CORO DE BUENOS AIRES LIRICA

ORQUESTA AD HOC

BUENOS AIRES LIRICA-TEATRO AVENIDA – 2009

Siguen aflorando ecos de temporadas recientes que vienen a sustituír en la medida en que ello  sea posible los espectáculos en vivo que la pandemia nos  impide apreciar ( y no se ve en el horizonte una solución para este año al menos )

En esta grabación BUENOS AIRES LIRICA impacta con una producción de gran calidad, con un reparto de muy primera línea , en una version totalmente lograda de la difícil obra de Bellini.

Lástima que el video no le rinde totalmente justicia, ya que si bien el audio es perfecto, la imagen es bastante borrosa.

Que placer oír dos voces sanas, manejadas con maestría y con fuerza expresiva  como las de OMAR CARRION y CHRISTIAN PEREGRINO. No es casual que el dúo SUONI LA TROMBA acabe siendo uno de los momentos de mayor impacto de la presentación.

LAURA RIZZO tiene una fantástica voz de soprano ligera   que no sólo llega con facilidad a las notas más agudas y emite los mi bemoles como si fueran un juego de niños, pero que además posee un sólido centro de voz, algo que no siempre se da en las sopranos de este registro, todo lo cual reunido le permite ofrecer una versión de excepcional  calidad de la Elvira, comparable con las mejores  que se han visto en cualquier parte del mundo.

CARLOS ULLAN  tiene una delicadeza en la línea de canto que rápidamente lo convirtieron en el favorito para los paples mozartianos. Su Arturo aqui se beneficia de esa sutileza interpretativa a la cual se suma la actuación vocal y visual de gran intensidad y la certera emisión de los difíciles sobreagudos que Bellini ha marcado al tenor protagonista, casi con crueldad dado el nivel de exigencia.

Buena dirección musical y una regie que es inteligente cuando se pone al servicio del texto pero naufraga penosamente cuando se propone enmendarlo, agregando  figuras mudas que parecen ser fantasmas, que por cierto no vienen para nada al caso.