El mundo lírico ha asistido en las últimas décadas
a un doble traspaso del pdoer.
Por un lado los Directores Musicales que antes eran
la última palabra en toda decisión sobre un espectáculo, han cedido mucho pdoer
a los directores de escena que ahora tienen la voz cantante en asuntos como la
elección del elenco, y hasta en algunos casos cortes que se le practicarán a
las partituras.
Por otra parte los tradicionalistas han perdido
poder para los modernistas.
Estos últimos sostienen que la Opera tal como la
conocimos y amamos los espectadores de mi genración es un género en crisis ,
que agoniza por la falta de público ,
falta que se irá agravando a medida que los espectadores que aún hoy llenan a veces los teatros, que
son todos mayores de 55 años vayan abandonando este mundo siguiendo la ley
biológica inmutable que nos gobierna.
Si la Opera va a perdurar como género hay que
buscar atraer al público joven que se muestra por ahora muy reticente.
Y esto puede ser perseguido de dos maneras
RENOVANDO EL REPERTORIO , ofreciendo caca vez más
Operas compuestas en neustra época que le hablen a la gente joven de nuestra
época, en el lenguaje que les sea receptivo y con la temática que los preocupa.
MODERNIZANDO LA OPERAS VIEJAS - Si se quiere comunicarse con la gente joven
hay que alterar de raíz la forma en que representamos las Operas clásicas. Hay
que dejar de lado las puestas arqueológicas que buscan recrear la forma en que
fueron concebidas por sus autores y la forma en que fueron representadas a lo
largo de los años- Hay que dejar de convertir los Teatros de Opea en Museos y
convertirlos en algo vivo, que tengan algo que decirle a las generacioens
presentes. Para ello las Operas clásicas deben sufrir un proceso de adaptación
que modifique épocas, ambientaciones , vestuario y si es preciso el argumento,
introduciendo temas que no están previstos en el texto.
Mucho se ha discutido al respecto de este último
punto y cada vez que se representa una Opera clásica alterada radicalmente por
la puesta, se reanuda la polémica, existiendo quienes sostienen que es esta forma de presentar las Operas lo que está
alejando al público de los teatros, cansados de ver disparates que no tienen sentido
como una BOHEME ESPACIAL , una AIDA
ambientada en un Museo Egipocio, un BALLO IN MASCHERA ambientado en los baños
de una estación de tren, etc.etc.
NO ES ESE EL TEMA QUE ME INTRESA EN ESTE MOMENTO EN
BUENA MEDIDA PORQUE YA SE HA DICHO TODO SOBRE EL Y PORQUE LAS POSICIONES SON
IRRECONCILIABLES Y NADA UTIL HA SURGIDO DEL DIALOGO.
Me interesa más en este momento discutir el tema de
las Operas contemporáneas.
Por lo que se ve en los Teatros las Operas
contemporáneas más que atraer público lo han espantado y son casi siempre un
veneno en la Boletería. El público se queja fundamentalmente de la carencia de
alicientes para el oído porque los compositres modernos se han alejado de la
voz, la han relegado a un segundo plano,
y han rehuído valerse de la melodía que es lo que en el fondo llevaba a los
espectadores a los Teatros de Opera.
Incluídas en los abonos tradicionales las Operas modernas
han provocado usualmente vacíos en la
Sala y abondono de la misma par parte de la concurrencia en el primer
intervalo.
Un reciente artículo de Marelo Lombardero, que es
un verdadero especialista en Opera Moderna y Contemporánea incluye un párrafo que
me pareció sumamente interesante y que insinúa abrir un mundo enteramente neuvo
para mi como espectador de Opera.
Dice Lombardero , respondiendo a una pregunta del
entrevistador :
¿En ese contexto, la composición contemporánea de ópera ha
vuelto a pensar en el público y en la condición teatral del género?Creo que sí, aquel momento en que la voz se convirtió solamente en un instrumento más cualquiera pertenece a una época pasada. En obras de Turnage, Saariaho, Golijov, Dusapin, Heggie, etc. sientes miradas distintas, pero todas ellas muy líricas. Los compositores han vuelto a entender que la música para la escena tiene que ser teatralmente efectiva y eso implica tomar en consideración la palabra y la interrelación con el público. En eso Hans Werner Henze fue un pionero. A pesar de haber sido vilipendiado por la vanguardia de Darmstadt, hoy sus obras, articuladas en la tradición de la composición dramática para la voz, nos resultan más modernas que muchas otras. En ese sentido, en la Argentina hay una serie de compositores jóvenes interesantes que siguen ese camino.
O sea que existe toda una gama de compositores modernos de Opera que no han renegado de la voz, y que componen música que el Profesor sindica como “ muy líricas “. Sólo falta que comencemos a tener la oportunidad de verlas , y nos lleven a creer en la posibilidad de un teatro lírico moderno que no renuncie a la voz, a la melodía y el lirismo.
Y me pregunto si no habrá llegado la hora de retomar el abono moderno que alguna vez el Colón tuvo ( en la época de Renan ), en lugar de incluír estas operas en el abono tradicional como una especie de remedio amargo que hay que tragar a la fuerza porque nos hace bien. Yo desde ya seré un espectador asíduo de ese abono porque no me cierro a ninguna forma de arte, porque quiero aprender y porque acepto la provocaicón que ha sido lanzada por alguien que obviamente domina el tema, y en cuyo saber confio.
A modo de resumen detallo a continuación las Operas de los autores mencioandos por Lombardero en su artículo :
1) MARK ANTHONY TOURNAGE : GREEK
( EDIPO REY ), THE SILVER TASSIE
2) KAIJA
SAARIAHO : L/AMOUR DE LOIN, ADRIANA MATER, EMILLE
3) OSVAKLDO
GOLIJOV .- AINADAMAR
4) PASCAL
DUSAPIN
5) JAKE HEGGIE : DEAD MAN WALKING, THE END OF
THE AFFAIR AT THE STATUE OF VENUS, TO HALL AND BACK, LAST ACTS
Y MOBY-DICK
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