AIDA
OPERA DE GIUSEPPE VERDI
LIBRETTO DE ANTONIO GHISLANZONI
PRODUCCION DEL TEAZTRO COLON DE 1996 A CARGO DE
ROBERTO OSWALD
MAESTRO REPOSITOR Y DISEÑADOR DEL VETUARIO –ANIBAL
LAPIZ
DIRECCION DEL CORO MIGUEL ESTEVEZ
COREOGRAFIA –ALEJANDRO CERVERA
DIRECCION MUSICAL – CARLOS VIEU
TEATRO COLON
Es el mismo elenco que estrenó la puesta, y que fue
trasmitido por streaming, y que provocó en la Sala una explosión de júblio por el
logro de la lírica nacional que presentaba una Opera de la dificultad de AIDA
con una estupenda puesta en escena, una brillante dirección musical, un
rendimiento difícil de superar del coro, (especialmente el coro masculino )y la
orquesta y un elenco que no sólo hacía total justicia a una de las obras más
difíciles y exigentes de Verdi, sino que alcanzaba niveles de lucimiento
individual que justificaban cualquier elogio.
La función de hoy estuvo enteramente a la altura de lo
visto y oído en el estreno y hay quienes ( maestro Vieu incluído ) señalan que el
resultado fue aun superior, lo cual suele ocurrir en las funciones posteriores
al estreno por la eliminación del factor nerviosismo. El público respondió con sonoras
ovaciones , especialmente al final de la escena triunfal y en los saludos
finales si bien cabe reconocer que no se repitió la locura del primer día. Es
que junto con los factores artísticos se daban otros factores : el público que
se reencontraba con su Teatro al fin volviendo a ejercer en plenitud su función
de Teatro Lírico de la que con tanta frecuencia lo han apartado en los últimos
tiempos, el reencuentro con el repertorio clásico tradicional que también estaba
siendo dejado de lado por el Teatro, y con una puesta respetuosa de su autor,
para colmo interpretado por cantantes argentinos a pocos días de los festejos
patrióticos de mayo. Las ovaciones de hoy respondieron exclusivamente al nivel
artístico de la función sin los factores emocionales que magnificaron el
impacto en la función inaugural.
No voy a volver a comentar las excelentes actuaciones,
de nivel propio de teatros internacionales de primera línea de ENRIQUE FOLGER y
de LEONARDO LOPEZ LINARES, dos torres sonoras de impactante volumen vocal en
total dominio de sus partes. Sólo voy a comentar aquí el logro de Folger que después
de cantar la terrible escena del Juicio con toda la violencia que requiere su
enfrentamiento con Amneris, tiene la reserva de frescura vocal para colocar los
bellísimos pianísimos de la escena final.
Con respecto a los demás, retomando el sistema de
comentarlos por orden de aparición vocal:
LUCAS DEBEVEC MEYER fue un Ramfis que dio gran relieve
a la expresividad de su combativo Ramfis, y lució un timbre más oscuro que le
sienta bien al personaje, aunque tampoco logró hacerse oír con nitidez en la
escala descendente del acto III y en algunas frases incluyó algunos altos de
respiración que no son usuales.
GUADALUPE BARRIENTOS
provocó el delirio y la mayor ovación de la noche con una interpretación
volcánica de Amenris, que no sólo exhibió una voz de un importantísimo volumen
, gran facilidad para los espectaculares agudos y sonoros graves de pecho, sino
que además sirvió su personaje con total entrega emotiva redondeando una
terrible, volcánica escena del Juicio,
para conservar en el recuerdo y en los anales del Teatro.
MONICA FERRACANI en una excelnte AIDA reiteró sus
antecedentes de una estupenda soprano, con una gran musicalidad y una extensión
acorde con las exigencias de su difícil personaje, ofreciendo una interpretación
del mismo nivel que festejara el público de Montevideo cuando tuvo que
sustituír con sólo 48 hs de aviso a una MARIA JOSE SIRI enferma, que había tenido
que cancelar funciones. No hay muchas Aidas del mismo nivel circulando por Argentina
y los países vecinos. Dicho esto sin perjuicio de señalar que el color de su voz
es demasiado lírico para el papel, particularmente para quien se crió
escuchando en el papel a las sopranos spinto del pasado, y que sus notas agudas
tienen una sonoridad muy particular a la que es necesario acostumbrarse para
disfrutar de ellas. Fue un puntal en los concertanes
EMILIANO BULACIOS
fue un muy buen Rey , sonando más a sus anchas que como Ramfis.
Muy vistoso el vestuario de ANIBAL LAPIZ, quien a mi
juicio debió vestir de una manera más humilde a la esclava Aida. Su trabajo
como director escénico, pareció dar más realce a los efectos plásticos que a
los dramáticos. Por ello la volcánica escena del Juicio representó el momento
más emotivo de la noche.
Y una distracción en la escena triunfal en la que los esclavos etíopes
aparecen varias veces , corridos por los soldados, antes de que Radamés
solicite el permiso para que se presenten delante del Rey.
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