viernes, 16 de marzo de 2018

UNA CARTA DE ISMAEL ARIAS




RECIBI  LA SIGUIENTE CARTA DE ISMAEL ARIAS, QUE TRANCRIBO EN SU TOTALIDAD.
NO PUEDO NI QUIERO ABRIR OPINION  SOBRE UN CONFLICTO QUE SEPARA A PERSONAS QUE QUIERO, RESPETO Y ADMIRO PROFESIONALEMNTE POR LO QUE TOMAR PARTIDO POR UNO O POR OTROS SERIA PARA MI MUY DOLORO
SOLO LAMENTO ENTONCES QUE NO PUEDAN SEGUIR TRABAJANDO JUNTOS PORQUE ESTABAN CREANDO ALGO QUE PARECIA MUY VALIOSO.
Y ESPERO QUE AUN  SEPARADOS CONTINUEN ENCONTRANDO LA MANERA DE QUE SUS RESPECTIVOS TALENTOS CONTINUEN ENRIQUECIENDO LA VIDA  CULTURAL DE NEUSTRA CIUDAD.

3 h ·
Me veo obligado a aclarar por qué no pertenezco más a la compañía de danza Telón Arriba, en la que puse tanto cariño, esfuerzo y tiempo el año pasado, para que finalmente pudiéramos actuar en el Teatro Solís con dos funciones exitosas en el mes de agosto. El resto de los integrantes, a quienes creía amigos además de colegas de profesión, decidieron -por detrás y sin previo aviso- dejarme afuera de un proyecto que el año pasado ellos no sabían ni encaminar. Para que se hagan una idea: la compañía surgió como la tesis de un estudiante de gestión cultural que quería que hicieran actuaciones por poco dinero en el Castillo Pittamiglio, donde ni siquiera hay piso adecuado para la danza. Entonces propuse que tuviéramos una productora, a quien también maltrataron durante todo el proceso, con acusaciones injustificadas de que quería apropiarse de la compañía, por el simple y puro miedo que da la ignoracia. Quien no sabe trabajar en un proyecto independiente, es muy inseguro y antiprofesional, puede llegar a ver como enemigo a su principal aliado. Tras leer hace dos días en redes sociales que Telón Arriba sigue en actividad me entero que ya no pertenezco al grupo, parece que además nunca iban a decírmelo de frente, como si fuera un desconocido, o una basura. Al enfrentarlos sólo argumentan que yo ‘generaba problemas’ cuando en realidad ellos tienen serios problemas con sus egos, procedimientos de trabajo y cero autocrítica, se iban llorando de los ensayos si algo no les gustaba, victimizándose, o salían del grupo de chat porque se enojaban, o querían intervenir en todo sin criterio en lugar de ocuparse de lo artístico, por haberse declarado una cooperativa (se sabe que en una murga cada uno se ocupa de lo suyo, sino sería un caos y una batalla campal). Es fácil tratar a alguien de conflictivo, cuando en realidad sólo quise sumar e intentar educar en los procedimientos, que otros por falta de experiencia no ven o no entienden. Estoy dolido, sobre todo por las explicaciones cínicas de estas últimas horas. Creo que en especial Giovanna Martinatto y Guillermo González, pero también Federico Godoy, Lucia Piccini y Lucia Martinez me han defraudado como personas y me han dañado profesionalmente también. El año pasado yo puse mi cara en los medios anunciando en las entrevistas la creación de una nueva compañía y ahora me siento estafado. Se vive y se aprende. Telón Abajo.

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