RECIBI LA
SIGUIENTE CARTA DE ISMAEL ARIAS, QUE TRANCRIBO EN SU TOTALIDAD.
NO PUEDO NI QUIERO ABRIR OPINION SOBRE UN CONFLICTO QUE SEPARA A PERSONAS QUE
QUIERO, RESPETO Y ADMIRO PROFESIONALEMNTE POR LO QUE TOMAR PARTIDO POR UNO O
POR OTROS SERIA PARA MI MUY DOLORO
SOLO LAMENTO ENTONCES QUE NO PUEDAN SEGUIR TRABAJANDO
JUNTOS PORQUE ESTABAN CREANDO ALGO QUE PARECIA MUY VALIOSO.
Y ESPERO QUE AUN
SEPARADOS CONTINUEN ENCONTRANDO LA MANERA DE QUE SUS RESPECTIVOS
TALENTOS CONTINUEN ENRIQUECIENDO LA VIDA
CULTURAL DE NEUSTRA CIUDAD.
3 h ·
Me veo
obligado a aclarar por qué no pertenezco más a la compañía de danza Telón
Arriba, en la que puse tanto cariño, esfuerzo y tiempo el año pasado, para que
finalmente pudiéramos actuar en el Teatro Solís con dos funciones exitosas en
el mes de agosto. El resto de los integrantes, a quienes creía amigos además de
colegas de profesión, decidieron -por detrás y sin previo aviso- dejarme afuera
de un proyecto que el año pasado ellos no sabían ni encaminar. Para que se
hagan una idea: la compañía surgió como la tesis de un estudiante de gestión
cultural que quería que hicieran actuaciones por poco dinero en el Castillo
Pittamiglio, donde ni siquiera hay piso adecuado para la danza. Entonces
propuse que tuviéramos una productora, a quien también maltrataron durante todo
el proceso, con acusaciones injustificadas de que quería apropiarse de la
compañía, por el simple y puro miedo que da la ignoracia. Quien no sabe
trabajar en un proyecto independiente, es muy inseguro y antiprofesional, puede
llegar a ver como enemigo a su principal aliado. Tras leer hace dos días en
redes sociales que Telón Arriba sigue en actividad me entero que ya no
pertenezco al grupo, parece que además nunca iban a decírmelo de frente, como
si fuera un desconocido, o una basura. Al enfrentarlos sólo argumentan que yo
‘generaba problemas’ cuando en realidad ellos tienen serios problemas con sus
egos, procedimientos de trabajo y cero autocrítica, se iban llorando de los
ensayos si algo no les gustaba, victimizándose, o salían del grupo de chat
porque se enojaban, o querían intervenir en todo sin criterio en lugar de
ocuparse de lo artístico, por haberse declarado una cooperativa (se sabe que en
una murga cada uno se ocupa de lo suyo, sino sería un caos y una batalla
campal). Es fácil tratar a alguien de conflictivo, cuando en realidad sólo
quise sumar e intentar educar en los procedimientos, que otros por falta de experiencia
no ven o no entienden. Estoy dolido, sobre todo por las explicaciones cínicas
de estas últimas horas. Creo que en especial Giovanna Martinatto y Guillermo
González, pero también Federico Godoy, Lucia Piccini y Lucia Martinez me han
defraudado como personas y me han dañado profesionalmente también. El año
pasado yo puse mi cara en los medios anunciando en las entrevistas la creación
de una nueva compañía y ahora me siento estafado. Se vive y se aprende. Telón
Abajo.
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