El Colon
no tiene una política consistente para hacer crecer a los intérpretes
argentinos.
Los usa cuando los necesita y son productos descartables.
No hay un plan de carrera para ellos.
Algunas cosas saltan a la vista .
Fabris, una de las voces jóvenes más promisorias ,
murió sin haber cantado una sola vez en el Colón.
Cirera fue llamada de apuro para salvar al Teatro:
tuvo que aprender en escaso tiempo FIDELIO ,obra difícil si las hay entre otras cosas por sus largos parlamentos hablados
en alemán, y al años siguiente le hicieron repetir la promesa cantando “ al
toro “ ADRIANA LECOUVREUR que no es Fidelio pero tampoco es un paseo dominical.
Este año no tiene siquiera un pequeño papel.
Algo similar ocurre con Tabernig que cantaba todo el
año pasado y este año no canta nada ( Opera al menos). O se equivocaron feo el
año pasado o están siendo injustos en este.
Cantantes con vasta trayectoria , que inclusive han
salvado al Teatro en otras oportunidades, han tenido que audicionar para
repetir papeles que ya habían can tado en el Teatro. Y otras hasta fueron
impedidas de audicionar.
Y se llama a una de las importantes voces del medio a
cantar una ópera de bel canto, que nunca estuvo entre sus especialidades
conocidas, arriesgando colocarla en una situación imposible.
Marina Silva, por su vez, pese a que tendremos el
placer de oír su Mimi ya vista en La Plata con suceso, no tendrá una sola
función de Melisande papel que ya ensayó como cover sin función en la
reposición anterior de la obra y que todos los que la oyeron ensayar dicen que
estaba deliciosa.
No es casual entonces que los únicos cantantes que
han logrado afianzarse en la profesión y han ten ido una carrera , son los que
se decidieron a abandonar el país.
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