Uno no deberia formarse una opinión sobre una obra la primera vez que la ve, sin haber visto mas de una versión. Correse el riesgo de atribuirle a la obra limitaciones que son de la versión o viceversa. Es lo que me ocurrio a mi la noche del Martes con el BALLET MANON que veia por primera vez en mi vida en el TEATRO COLON.
Volvi a verlo el Miércoles a la noche con un elenco de solistas principales totalmente diferentes. Y sali con una opinión bien distinta. Claro que existe la posibilidad de que con la frecuentacion estuviera en mejores condiciones de apreciarlo, o simplemente que yo estuviera en una mejor noche para ver ballet. Pero algo me dice que no es asi, que el espectaculo que vi el Miércoles funciono mucho mejor que el que vi el martes, y los aplausos del publico que fueron insistentes durante toda la obra y no solo en las escenas finales como en el dia anterior, me sugieren que asi debe de haber sido.
Sea como sea, lo cierto es que debo desdecirme en gran medida sobre los valores teatrales de la coreografia de Mac Millan ( quien sere yo para criticarlo ¡!!) que sigue pareciendome tiene muchos momentos meramente ornamentales algunos de ellos indudablemente necesarios porque no se puede pedir a los bailarines solistas que bailen todo el tiempo en una obra que supera ampliamente las 2,30 horas de duracion ) y que inclusive algunos pasos dentro de los numeros principales a cargo de los solistas parecen estar dictados por necesidades mas esteticas que dramaticas, pero con el mismo criterio yo como amante de la Opera debiera crticar muchos momentos en que los compositores se abandonan a su creatividad melodica y repiten frases o estrofas enteras para mejor desarrollar la partitura, y son esos algunos de los momentos que mas festejo como espectador
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Hay en la obra una sucesion de números que son verdaderas joyas de la expresión teatral bailada : el enamoramiento en el pas de deux del primer acto, la desbordante alegria y pasion del pas de deux de la escena del cuarto, el pas de trois que le sigue donde se hace evidente el tratamiento de Manon como una mercancía por Lescaut y MG, el final del cuadro con Lescaut obligandolo a Des Grieux a aceptar el dinero recibido por la “ venta “ de Manon, suprema humillación. El magnifico solo de Manon ante la mirada de animal herido de su ex amante, el pas de deux donde este implorante trata de recobrarla, la brutal escena final del cuadro siguiente con el asesinato de Lescaut, la fuerte escena de la oficina del carcelero donde se insinua de manera harto evidente que este obliga a Manon arrodillada frente a el a satisfacerlo sexualmente, con un bajar y alzar del pantalón meramente simbolico pero muy evidente, y la fabulosa escena final , que es de antologia con el desesperado intento de Des Grieux por mantener viva a Manon mientras esta moribunda revive las imágenes del pasado. Son todos fragmentos que lo piden todo del interprete pero tambien son terriblemente exigentes con el bailarin ya que Mac Millan cultiva una gestualidad muy difícil de ejecutar.
KARINA OLMEDO igualmente efectiva que su anctecesora en lo tecnico, me parecio mucho mas comprometida con el drama en toda la obra, si bien en la escena final no llego al mismo nivel de desfallecimiento que su predecesora que era directamente un ser que ha perdido el alma y la voluntad
Impactante la labor de FEDERICO FERNANDEZ quizas en las primeras escenas menos seguro técnicamente que su predecesor, pero con un grado de entrega emotiva total, logro dar gran vuelo dramatico a cada una de las escenas. En el pas de deux final fue tal la entrega emocional de ambos protagonistas que demoraron hasta la cuarta salida a saludar en volver a ser ellos mismos y disipar la angustia que habian creado. Hermoso de ver. Y angustiante.
VAGRAM AMBARTSOUMIAN que habia sido el carcelero la noche anterior, fue esta noche el Lescaut impecablemente bailado e interpretado especialmente en la difícil escena de la borrachera, quizas una autosatira del pas de deux convencional en la que tiene que bailar y hacer los pasos mas usuales con su compañera pero torpemente, perdiendo el equilibrio y hasta amagando dejarla caer. Debe ser muy difícil de hacer.
Fue sustituido como carcelero por IGOR VALLONE, que fue igualmente convincente.
En el cuadro 1 del acto 1 hay una banda de mendigos con un jefe, que tiene a su cargo un par de danzas significativas. La noche anterior fue EMILIANO FALCONE que capto bien la insolencia y la simpatia del papel. En la noche siguiente EDGARDO TRABALON ( el excelente Lescaut del martes )bailo muy bien , pero parecio demasiado serio para la parte.
Muy buena direccion orquestal del joven director CARLOS BERTAZZA dirigiendo la orquesta estable del Teatro en una gran interpretación. ( aqui si cabe la envidia de los asistentes al Sodre que por razones de fuerza mayor o simplemente de fuerza tenemos que conformarnos con cintas grabadas. )
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