Muy interesante ver la misma producción una semana
después y observar los cambios, incluyendo el de algunos intérpretes protagónicos.
Es evidente que la frecuentación mayor con el texto
ha producido mejoras, principalmente en la orquesta que en muchos momentos
consigue sonar como el gran instrumento
que por cierto no es, reducida como está al pequeño espacio del Foso del Teatro
de Luz y Fuerza. Es un mérito innegable del Maestro Tello, que osa encarar títulos
difíciles ( seguirán ROBERTO DEVEREUX Y SEMIRAMIDE ) con los escasos recursos
de una Cia privada y en general sale muy airoso, a puro esfuerzo ,trabajo y
talento.
En esta producción hay dos escenas donde se produce
un auténtico logro total, que no necesita de niguna benevolencia a la hora de ser
analizadas : la escena de Venecia y la escena de Antonia, dos logros magníficos
que tienen un momento particularmente sobresaliente en el concertante final de
la escena de Venecia, donde coro orquesta y solistas se “ complotan “ en
producir una versión ejemplar en lo musical y de gran intensidad dramática. Por
ellas sólo diría que es im prescindible ver el espectáculo.
No se produce el mismo nivel la escena de la Poupee,
que es bastante irregular con logros y fallas, y principalmente la escena
inicial donde el coro aún no está en condiciones de resolverla con similar
nivel de calidad.
Hubo varios cambios en el elenco incial :
FRANCISCO MORALES
como Hoffmann no tiene la voz más allá de los limites humanos que posee JUAN
BORJA y no termina la obra como su antecesor en estado de frescura tal que
podría cantarla de nuevo. El papel es agotador y sólo un fenómeno de la
naturaleza como Borja puede culminar la representación de la manera que él lo
consigue.
Pero la interpretación
de FRANCISCO MORALES tiene muchos puntos a su favor : en primer lugar el timbre
vocal que es sumamente agradable, la elegancia en el fraseo que es muy
francesa, y la fuerza expresiva, amen de el físico del papel. Cantó con entrega
anímica y vocal totales y obtuvo una valiosísima interpretación del difícil
personaje, con algunos momentos de gran lucimiento personal. Fue un placer oírlo.
LUCAS MIÑO ha tenido una importante evolución vocal e
interpretativa desde la última vez que lo oyera en MARIA ESTUAR4DO en un papel
que quizás no le conviniera mucho ya que exige un intérprete de una madurez tal
que es imposible que un cantante joven como él llegue siquiera a arañar. Aquí lució
una voz importante, de timbre agradable, segura en los agudos, con un buen
manejo del registro grave . En lo interpretativo yo preferiría una maldad menos
exterior, más sutil, más de pequeños que de grandes gestos que al repetirse
durante toda la obra se hacen inconvincentes, pero a juzgar por lo que vi en la
otra función es un problema de la marcación y no del intérprete que ha seguido
las instrucciones y lo ha hecho con solvencia, evitando caer en excesos que lo
hubieran colocado al borde del ridículo. Le falta eso sí conseguir una mayor
interiorización con el idioma francés- Lo pronuncia llamativamente bien pero comete
errores y confusiones de palabras que evidencian que está cantando un texto que no acaba de dominar.
En el acto de Venecia ESTEBAN MIOTTO resolvió con solvencia
el difícil rol de Dapertuto que evidentemente no ha sido concebido para la
misma voz que los otros villanos, por lo agudo que es, máxime como cuando como aquí
es cantado en la clave original sin bajarlo de tono.
Me detuve más a escuchar el bello Nicklause de LAURA ARANDA y a admirar la belleza y firmeza
de su voz de mezzo llamada a tener una interesante carrera en otros roles de su
cuerda.
VERONICA CANELON resolvió con precisión la coloratura
de su Muñeca, y fue perjudicada por la concepción toda de la escena, muy
recostada en el grotesco, al menos para mi gusto
CINTIA VELAZQUEZ
volvió a encandilarme vocal y
actoralmente como
GIULIETTA .
CECYNES PERALTA causó una vívida impresión en la
platea, que la ovacionó, una Antonia de fuerte dramatismo, con un timbre
luminoso especialmente en el certero registro agudo. Pareció nacida para cantar
el papel.
Me causó gran alegría ver el Teatro de Luz y Fuerza
con la platea baja absolutamente ocupada y con espectadores teniendo que
ubicarse en la Platea Alta.
Hablé con varios espectadores y en general todos
hablaban de haber venido por el “ boca a boca “ al cual me sumo con
satisfacción.