El teatro Colón viene de darle a su abonados una
satisfacción que en los últimos años no les ha dado con frecuencia.
Ha repuesto uno de los títulos clave del repertorio (
no en balde uno de los más representados en todo el mundo ), una obra maestra
además del más grande autor de la Opera italiana.
Y lo ha hecho con una versión propia, no una costosa
puesta alquilada, salida de su acervo y fruto del ingenio de uno de las mayores
talentos que han colaborado con el Teatro. Una puesta suntuosa, monumental pero
profundamente respetuosa del texto del autor, al que no pretende enmendarle la
plana so pretexto de modernizarlo.
Lo sirvió además con un excelente desempeño de sus cuerpos
estables, una estupenda dirección musical de un Maestro local que debería
figurar en el podio con mayor frecuencia, y con 3 elencos , que el azar
disminuyó a 2,5 elencos, integrados mayormente por cantantes nacionales de muy
buena calidad.
Sin perjuicio de indicar que todos los seleccionados para
los elencos solistas que se alternaron se desempeñaron con un alto nivel de
calidad, hubo un elenco soñado integrado por voces e intérpretes superlativos
que supieron destacarse aun en tan buena compañía y que no hubieran pasado vergüenza
en ninguno de los mayores teatros líricos del mundo, y que si hubieran
confluído en una misma función hubieran logrado una función de histórico nivel
Me refiero a
ENRIQUE FOLGER- RADAMES
LATONIA MOOORE- AIDA
GUADALUPE BARRIENTOS –MEZZO
LEANDRO LOPEZ LINARES – BARITONO
Alguien tendría que reunirlos en algún lugar del
mundo y registrar este espectáculo que sería un hito en las representaciones de
la gran obra de Verdi.
CLAP CLAP CLAP de pie para ellos y para sus muy
dignos colegas de los otros elencos. Y en mi caso particular ,gracias por 3
noches de intenso placer musical.
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