domingo, 2 de septiembre de 2018

AMIBENTACION E ILUMINACION CREATIVAS CONTRIBUYERON AL EXITO DE R.DEVEREUX





QUIENES VIVEN EN ALGUNA DE LAS CIUDADES SEDE DE UNO DE LOS PRINCIPALES TEATROS DE OPERA DEL MUNDO están habituados a ver superproducciones con costosas, complejas escenografías, a menudo monumentales, tal como pueden hacerlas estos teatros que cuentan con la generosa chequera de algún gobierno de primer mundo y de millonarios sponsors, contando además con espaciosos escenarios , instalaciones técnicas sofisticadas y personal técnico especializado para manejarlas.

A medida que vamos descendiendo en la “ escala biológica “ de los Teatros y las Ciduades, las condiciones se van haciendo más y m ás restrictivas.
Y llegamos al nadir de la espectacularidad con las cias. privadas del off , que funcionan sin generosos cheques, en escenarios a menudo muy reducidos, sin adelantos técnicos ni mucho menos personal especializado para que los opere.
Es la hora de usar la imaginación y el buen gusto, que vengan al reemplazo de lo que no se tiene ni se puede tener.
Los primeros espectáculos del off padecían del defecto de querer simular con medios precarios esa espectacularidad, y el resultado era embarazoso, casi un recuerdo de las fiestas  de fin de curso de los Colegios.
En los últimos timepos las Cias han despertado a la realidad de que a mneudo MENOS ES MAS  y han recurrido a escenografías sumarias que estimulan la imaginación del espectador, y que tienen como efecto lateral más que benéfico que es el de disimular en buena medida las limitaciones de espacio en el escenario al no dar pie para que se produzcan embarazosos abigarramientos.
Es lo que con muy buen tino han hecho  ZACARIAS GIANNI ( AMBIENTACIÓN )  ALEJANDRO DIAZ ( ILUMINACIÓN ) Y LA CIA LIRICA DEL SUR en su reciente ROBERTO DEVEREUX ( hoy es la última función ) logrando de paso la producción con más aspecto  profesional que haya salido de sus fuerzas.
Un escenario vacío, que es una gran caja negra , con cortinados oscuros y en el centro de la escena un trono, que gira sobre si mismo y permite efectos como la primera aparición de la Reina, que se materializa sorpresivamente tras la primera rotación del trono, vestida y maquillada de blanco y con una luz intensa que la ilumina, casi una aparición fantasmal.
El trono cambia de posiciones según las escenas y contribuye a diferenciar ambientes.
En la penúltima escena una inmensa luna llena ilumina el adiós a la vida de Roberto.
Una demostración de que a veces la imaginación vence al dinero.

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