jueves, 3 de noviembre de 2022

UNA SOPRANO QUE CANTA PERO ANTE TODO ESCUCHA.

Corría el año 2003 . Yo regresaba a Argentina después de 27 años de exilio en Rio, un exilio provocado por razones laborales  y no políticas, pero que de cualquier manera me había permitido ver desde lejos los años más oscuros de Argentina. En Río sufri la falta de la intensa actividad cultural de Buenos Aires. Recuerdo que llegaban muy pocas películas europeas, que el teatro era de un nivel soprendentemente bueno con grandes actores y actrices, y que la  lírica tanto en Rio como en S.Pablo era aceptable pero lejos de los estándares a los que me había acostumbrado como abonado del Colon. Tanto fue asi que  mantuve durante estos 27 años mi abono y viajé cuantas veces pude a Ba para no perderme por lo menos lo esencial de la programación del año . Podía hacerlo sin gran sacrificio de mi empleo porque siendo mi abono el Vespertino, que tiene funciones los domingos a la tarde, podía volar a BA los Sábados ver la función del Domingo y regresar a Río el Lunes, con lo cual perdía sólo  medio día laboral, que era deducido de mi licencia anual que era de un mes cada año con dos meses adicionales cada 5 años por estar trabajando fuera de mi país. Durante este tiempo supe del nacimiento de una actividad lírica off Colon que venía creciendo pero poco y nada pude ver de ella.

Por eso me sobresalté cuando unos amigos,  conocedores de que NORMA  era una de mis Operas favoritas , me convidaron a concurrir al Teatro Avenida donde se presentaría el capo lavoro de Bellini, con una soprano que como yo había estado largos años alejada  , en este caso por razones familiares que no es del caso comentar aquí, y que ahora retomaba sus actividades  nada menos que encarando el difícil papel protagónico de esta opera. En verdad yo hesité bastante a la hora de decidir concurrir. Ir a ver NORMA , una de las operas más difíciles de cantar,   por una soprano que era en los hechos casi una debutante ya que los prolongados años de ausencia le habían impedido vivir el proceso normal de maduración como intérprete, era una perspectiva poco halagüeña y concurrí al Teatro Avenida temiendo lo peor. Lo que vi me dejó literalmente con la boca abierta. Dabusti tenía una voz lírica-lirica que con su pericia técnica, y mucho trabajo de preparación le permitía medirse con exito con las exigencias del rol belliniano escrito para lo que ha dado en llamarse una soprano dramática de agilldad y que no por nada ha sido el papel cumbre de CALLAS quien dejó un imborrable recuerdo en la parte, y no naufragar en la empresa. Dabusti tenía todos los conocimientos técnicos para enfrentarse a las demandas de tan exigente papel sin forzar la voz poniéndola en peligro, peligro al que sucumbierron muchas sopranos algunas de ellas famosas internacionalmente  , que vieron dañadas sus voces y sus carreras acortadas en el tiempo por actuar contra la naturaleza.

Por cierto no era Dabusti una Norma perfecta. Aquí y allá se notaban algunas limitaciones vocales y escénicamente era la suya una interpretación apenas algo más que correcta.

Escribi como era costumbre mi comentario  sobre lo que había visto y como siempre lo hice con total sinceridad marcando lo que para mí eran los aciertos y las limitaciones de esta soprano que prácticamente debutaba comenzando su segunda carrera  por el final. Al que se llega tras años de maduración.

Impera en la lírica una norma que es la de que todo crítico que nos elogia es un sabio y todo crítico que nos señala limitaciones es un animal ignorante, de modo que me sobresalté cuando unos días después vi en mi correo un mensaje enviado por Dabusti y me preparé para ser insultado en regla. Todo lo contrario, la soprano dando muestras de su irrenunciable modestia intelectual , me agradecía mi comentario y me reproducía la publicación integral del mismo ( no un extracto de los elogios como hacen muchos )en su página web..Si me había interesado la soprano y los incipientes valores que demostraba, mucho más me interesó la persona, capaz de aceptar honestamente una crítica con aspectos desfavorables y comunicarme que está trabajando fuertemente en los puntos señalados., para superarlos.

Y vaya si los supero ¡!!!.

Durante los años que siguieron tuve el privilegio de ver varias Normas de Dabusti en diversas ciudades del país y constatar como iba creciendo en el papel, como iba perfeccionándose con cada nueva versión y como lo iba haciendo suyo. Hasta llegar a esta Norma que a los 65 años encara el papel sin renunciamientos, con absoluta precisión técnica y con una voz que al no haber sido abusada ( Dabusti por ejemplo nunca quiso cantar LADY MACBETH pese a que se lo pedían insistentemente, por considerar que sería un papel que pondría en peligro su voz que seguía siendo esencialmente lirica ) .Seguir su carrera  ha sido una de las grandes satisfacciones  que me ha dado mi frecuentación de los teatros de opera.   ( como por ejemplo tuve la dicha de seguir la evolución de Placido Domingo desde el joven debutante de una FORZA en el Colón, donde todavía  era un joven principiante dotado de una gran voz hasta el Domingo maduro que arrasaba en el Met y en la Opera de Viena con su inolvidable DON CARLOS, incidentalmente otra de mis 5 operas favoritas ). Seguir y comentar, porque nunca dejé de comentar sus actuaciones y nunca caí en el facilismo de aplaudir todo lo que ella, ahora una gran figura  establecida en el medio y en el exterior, hacía.Y era una responsabilidad. PORQUE DABUSTI ESCUCHABA LAS CRITICAS, las evaluaba y si las consideraba aceptables se  ponía a trabajar para corregir  la limitación señalada. Recuerdo dos instancias de ello. Luego de logiar su notable GIOCONDA en el Roma de Avellaneda  comenté al pasar el escaso uso que la soprano hacía de los pianísimos, cantando a todo a viva voz. Me contestó que estaba trabajando en ella y cuando la vi nuevament4e haciendo EL TROVADOR  en la Plata , me fascinó con su progreso. Toda la escena del Convento con su melodía sublime era cantada ahora por la soprano con un delicadísimo pianísimo que tocaba hondo en el corazón. No digo que haya sido obra mía esta operación , Con certeza otros con mayor autoridad en la materia se lo habían señalado.

Otra vez me invitó a ir a su casa para que le diera una opinion  sobre su encarnación de LEONORA de FIDELIO que el  Colón le había ofrecido  encarar como suplente de Filipsic Holm, maravillosa en el papel dicho sea de paso. Luego de escuchar algunos fragmentos mi opinión fue que el canto era admirable y la dicción alemana de las partes cantadas era aceptable pero que su alemán recitado era aún insuficiente e iba a tener que trabajar mucho en el.  Luego de este comentario Dabusti hizo funcionar su autocrítica y tomó la decisión  de renunciar a la parte, renunciando así a un cachet superior al que recibía de todas las otras cias. para las cuales habia estado cantando.

Y cierro la nota invadiendo el terreno de lo personal porque es inevitable. Dabusti y el público de Opera le debemos mucho a su segundo marido  ( ella había quedado viuda muy joven )  que pese a que no era un conocedor ni siquiera un gustador de la música lirica fue un factor que impulsó su carrera, la empujó a retomar su actividad  y usando una tremenda inteligencia y sentido común fue guiando sus acciones .  Y fue  orientando sus decisiones personales en un mundo donde a menudo aflora el canibalismo. Dondequiera esté en este momento, ya que falleció hace unos años , corresponde que le haga llegar un sincero agradecimiento.

 

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