domingo, 29 de septiembre de 2019

DON PASQUALE-elenco de extraordinarias


DON PASQUALE
OPERA DE GAETANO DONIZETTI
LIBRETTO DE G.RUFFINI Y EL PROPIO DONIZETTI
DIRECCION MUSICAL – SRBA DINIC
DIRECCION ESCENICA FABIO SPARVOLI
ESCENOGRAFIA E ILUMINACION ENRIQUE BORDOLINI
VESTUARIO  IMME-MOLLER
CORO Y ORQUESTA ESTABLES DEL TEATRO COLON
DIRECCION DEL CORO-MIGUEL MARTINEZ
TEATRO COLON 

(vista desde la primera fila de Cazuela )
Don Pasquale fue una de las últimas operas compuestas por Donizetti en su itensísima carrera, que según se cuenten las revisiones o no alcanzo la friolera de 66 o 75 títulos, antes de morir a os 51 años víctima de la Sifilis, que entonces era una enfermedad mortal e  incurable.
Ha sido siempre una opera muy popular, entre las más representadas  en el mundo aún en la época en que la obra del compositor pasò por un eclipse, como el que está pasando ultimamente en el Colón que cada vez lo incluye menos en sus temporadas y que ni habla de estrenar dos de sus más importantes titulos MARIA ESTUARDA y ROBERTO DEVEREUX que nunca fueron representadas el Teatro y que el público ha llegado a conocer por grabaciomes, trasmisiones en vivo de otros Teatros o el esfuerzo de las Cias. Privadas del off. ( Y vaya aquí una lágrima en recuerdo de la gran soprano argentina hace muy poco fallecida para dolor de todos ADELAIDA NEGRI )
Para mi, contrariamente a la opinión de muchos, es una obrita menor, simpática con una colección de melodías dignas de enamorar el oído, pero que no resiste la frecuentación asidua que acaba matando su comicidad.
Es por otra parte por la historia intimista que presenta y por el tipo de voces a las cuales se le confiaron los papeles principales, un título de difícil representación en un Teatro de la vastedad del Colon, siendo bien más apropiada para Teatros de menores dimensiones, inclusive Teatros de Opera de Cámara.
Luego de casi 20 años de no representarla el Colon decidió reponerla, quizás para compensar el esfuerzo financiero de varias de las operas de la temporada que son bien más caras de montar, pero algo se cruzó en el camino de los programadores y decidieron hacerla a lo grande.
Hacer a lo grande un Opera de este tipo es un verdadero riesgo que solo puede sortearse con un talento muy especial, que debo decir no estuvo presente en la actual versión.
Se le encargo a Bordolini una escenografía imponente , con escenarios en varios niveles y espaciosos.No es una escenografía bonita ( es más bien un esqueleto de una escenografía ) pero es indudablemente funcional y  permite transitar sin dificultades de una escena a otra. PERO ADOLECE DE UN PROBLEMA GRAVÍSIMO , DIRÍA QUE FATAL : la ausencia total de paredes ( la trasera especialmente ) hizo que el escenario del Colon con sus enormes dimensioens estuviera totalmente abierto negándole a los cantantes la necesaria caja de resonancia , particularmente cuando los diversos papeles están escritos para voces leves y ágiles que no son voces wagnerianas.
Todo el espectáculo fue una lucha de los cantantes, para colmo a menudo ubicados bien atrás del escenario, contra las dificultades sonoras de la planta y si bien lograron hacerse oír todo el tiempo, tuvieron que dejar de lado algunas sutilezas arriesgándose con otras a no ser oídos. Ello fue muy notorio en la escena del duo Don Pasquale-Malatesta, en medio de la cual baja el telón con los dos cantantes quedando ubicados delante del telón para  que atrás se procesara el cambio de escenografía. En el momento mismo en que bajó el telón se sintió como si alguien les hubiera colocado un micrófono delante a los dos cantantes, tal el aumento del volumen que se produjo al corregirse la carencia.
La dirección escénica fue correcta, totalmente tradicional ( yo diría que hasta cierto punto demasiado tradicional ) sin grandes innovaciones, en un texto que en realidad ofrece muy pocas oportunidades para crear, y no hay nada que objetarle. Igual concepto puede emitirse con respecto al maestro serbio que dirigió musicalmente el espectáculo. Absolutamente correcto, aunque yo diría que en algunos momentos se notó un enlentecimiento exagerado de los tempis.
Lo que si me pregunto es si valía la pena gastar todo el dinero de traer de lejanas tierras dos directores del exterior para hacer un trabajo que basta dar una patada en el suelo y surgen varios artistas argentinos domiciliados en el país que pueden realizar un trabajo de similar valía o incluso mejor. Y ni hablemos de la tan publicitada OLA y los artistas de los países asociados. A la luz de esto un regista italiano y un conductor serbio suenan a extravagancia, máxime cuando ninguno de los dos tuvo una participación descollante que justificara sus presencias.
Buen desempeño ( sin particualr destaque ) del coro y la orquesta y un buen grupo de solistas.

MARIO DE SALVO lejos de sus papeles mayores, se divirtió y divirtió con su caricatura del falso notario.
GUSTAVO GIBERT tiene experiencia escénica de sobra para encarar un papel como el de DON PASQUALE y aportó un lograda composición Fue uno de los más afectados por la ausencia de la caja sonora, porque tiene a su cargo muchos recitativos que es el momento en que la voz neceita más del soporte acústico.                            CRISTIAN MALDONADO aportó un muy correcto Malatesta. SANTIAGO MARTINEZ  volvió a seducir con su bello timbre vocal, su  excelente actuación escénica y las sutilezas casi camarísticas que se arriesgó a hacer en varios fragmentos a pesar del problema de la acústica. Me gustaría oírlo de nuevo en mejores circunstancias.
LAURA POLVERINI que inició su interpretación en el fondo del escenario y sumergida en una bañera, sufrió unos pocos minutos con el problema de la acústica. Casi invisible y poco audible Pero a partir del momento en que dejuó la bañera y pudo estar en más a la vista en el ecenario hizo valer su potente y bien timbrada voz, su parejo registro del grave al agudo, la exactitud de las ornamentaciones y un travieso espíritu juvenil en la mala broma que le gastan al protagonista. Fue una interpretación de gran calidad que renueva la pregunta de por que el Colón se acuerda tan pocas veces de ella y por ejemplo no le dio la oportunidad recientemnte de cantar papeles como Violetta,Musetta, Gilda y dentro del poco Antonia. Pocos teatros del mundo se dan el lujo de ignorar talentos como el de Polverini. Y no es la única.
Los argentinos que tienen acceso frecuente al escenario del Colón son los que previamente se han ido de Argentina y han desarrollado una carrera en Europa o los EEUU. Nadie es profeta en su tierra. Y en las tablas del Colon aún menos.

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