EUGENIO ONEGUIN – FUNCION DEL DIA 27.9.19
Hay que resistir a la tentación de dejarse
deslumbrar por la fantástica versión de la obra que está en estos días brindando
el BNS, en un impresionante trabajo colectivo que da testimonio del alto nivel
que ha alcanzado la Compañía, que se ha ganado con justicia un lugar entre lasCias.
destacadas fuera de fronteras. Pero no hay que permitir que este deslumbramiento
nos haga pasar por alto ( como lo hice yo ayer ) el prodigio que es la
obra en si.
John CRAnko, .lamentablemente fallecido en una edad
muy joven cuando todavía le quedaba mucho PAra dar de si, ha logrado una verdadera
obra maestra del ballet neoclásico, por
su brillantez , su colorido pero por encima de todo por su impresionante
intensidad dramática.
Parte importante de este logro es la labor del maestroKURT
HEIZ STOLZE a quien Cranko le confió la creación de una partitura tomando en
cuenta la historia a ser narrada, con base solamente en textos escogidos de
otras composiciones del gran maestro ruso, excluyendo la Opera homónima que es
otra obra maestra del autor.
Todo lo que antecede volvió a brillar en la impresionante
función de esta noche, donde hubo un clima
de rara intensidad dramática como pocas veces se da en un escenario, y
que constituyen la gloria de ir al Teatro sea a ver teatro hablado, bailado o
cantado.
Tanto es asi que yo ( y esto puede costarme algunas
críticas, pero de nada sirve escribir comentarios si uno no es sincero ) si
tuviera que grabar una función para conservar en mi acervo, grababa la de esta
noche y no la de ayer. Eso a pesar de que con ello me perdería a la Tatiana de
Riccetto, una bailarina e intérprete que no se presta a comparaciones ( y no lo
digo yo: lo ha dicho la crítica y los jurados internacionales ) –La de ayer fue
una gran función y no quito ni agrego
una palabra a lo que dije en mi comentario, pero considero que la de hoy fue un
logro aún mayor.
En parte ocurrió que el Cuerpo de Baile como ocurre
siempre tras del estreno adquirió mayor soltura y bailó deliciosamente en todas
sus intervencioens, en una obra que da grandes oportunidades de lucimiento
tanto a ellas como a ellos.
Pero el aspecto más saliente estuvo en los
solistas. En primer lugar GUILLERMO GONZALEZ fue un Lensky de ensueño y locura,
no menos perfecto técnicamente que Torio
que es un gran bailarin clásico y que con justicia fue promovido de Primer
Bailarín del elenco. Pero la itnerpretación de Guillermo no resiste comparación
ni con otros que han hecho el papel ni con otras itnerpretaciones de él mismo
en otras obras. Sus primeras escenas fueron un prodigio de joie de vivre , la
felicidad de ser joven, estar enamorado y ser correspondido vivida con gran intesidad.
Guillermo no baila con su bailarina. Hace el amor con ella. Pero esto no fue
nada en comparación con el tremendo impàcto trágico de sus dos escenas finales,
vividas de forma absolutamente angustiante. Una gran creación para los anales
de las mejores interpretaciones que se han visto en el BNS .
A su lado ARIELE GOES tenía la tarea nada dificil
para ella de ser divina, grácil y de vivir con sentimiento todas las situaciones
de la obra.
GUSTAVO CARVALHO dio lo que seguramente ha sido la
más absoluta muestra de perfección que ha dado desde que ingresara al BNS . No
hablemos del bailarín que siempre fue técnicamente destacado y que alcanza
grandes momentos en la escena del espejo donde Cranko pone a prueba la
fortaleza y la técnica de cualquier
porteur. Hablemos sí de la entrega dramática. Gustavo dio muy bien la altivez
del personaje tanto en la escena inicial
como en la del baile, aun cuando se las ingenió
para dejar traslucir que detrás de esa montaña de orgullo hay un ser humano que
siente y quizás que sufre. En la escena del espejo tuvo la sutileza de mostrarse
enamorado ( no hay que olvidar que la escena es un sueño de Tatiana. No es
Oneguin sino Oneguin en versión Tatiana ) Comenzó a arañar la tragedia cuando
inmediatamente después de matar a Lensky enfrenta la dura mirada acusatoria de
Tatina que dice a las claras que todo ha terminado en su mente, y se quiebra ,
para llegar a altísimos puntos de emoción en la escena del baile final y sobretodo
en la desgarradora escena final donde él y su partenaire alcanzaron cúspides de
emoción.
Es todo un compromiso bailar Tatiana la noche
siguiente a Riccetto, pero MEL
OLIVEIRA no tiene nada que temer
al respecto. Es una bailarina notable, plena de delicadeza ( quizás con un
grado levemente menor de “angel” que su predecesora ) pero sobre todo es una
formidable intérprete de esas que bailan con el corazón en la mano, no se desprenden
del personaje ni siquiera cuando no ocupan el centro de la escena, y salen a
saludar aún poseídas por estado de ánimo de la escena final y con las lagrimas que –rebeldes- continúan
saliendo de sus ojos, Memorable.
(Y una gran esperanza para el BNS que tendrá que
aprender en el 2020 a vivir sin su primera figura, como antes tuvo que aprender
a vivir sin su creador )
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