sábado, 29 de agosto de 2015

OTELLO CON CAMBIO DE SOPRANO-TEATRO ARGENTINO DE LA PLATA, 7 AGOSTO

OTELLO EN EL ARGENTINO DE LA PLATA- FUNCION DEL DIA 7 DE AGOSTO

Fui a ver de nuevo la Opera Otello en La Plata, un poco por darme el gusto y otro poco por ver la actuación de DANIELA TABERNIG como Desdémona.  A mi Tabernig prácticamente me deslumbró con sus excelentes actuaciones en PAGLIACCI,JENUFA,FAUSTO, EUGENIO ONEGUIN y en el primer acto de MADAMA BUTTERFLY. Menos convincente  si bien muy correcta me resultó en LA BOHEME y el segundo acto de BUTTERFLY donde me pareció que su voz era demasiado lírica para la parte ( curioso porque las otras son más exigentes al respecto .Por ello tenía sumo interés en oír su DESDEMONA.
Demás, me hubiera gustado ver la función del Viernes también,para ver el rendimiento del segundo elenco superados los nervios del estreno, y – cosa rara- tenía disponibilidad de tiempo pero el Argentino no suministra más trasporte los días de semana y las empresas de ómnibus que atienden la ruta no tienen servicio directo después de las 22 hs. por lo que la vuelta se convierte en un peligroso safari con paradas en todas las localidades  intermedias de la Provincia.
Poco tengo que agregar a lo que ya dije sobre el espectáculo en general. Gran noche del coro y la orquesta. Algunos amigos presentes en la misma función pero sentados en localidades diferentes, más lejos del escenario, se quejaron de que la orquesta estaba muy fuerte y borraba las voces. No puedo opinar porque las tres funciones que vi fueron desde la fila 1 de la platea baja, mi lugar preferido al que voy desde hace 54 años.
Juzgando desde ese lugar, a mi me encantó el sonido producido por Vieu y su orquesta y por SANCHEZ DE ARTEAGA y su coro, y jamás cubrieron a los cantantes, salvo a las  dos sopranos más líricas que cantaron el papel en algún pasaje del concertante final del tercer acto. Lo cierto, haya habido desbalance sonoro o no, es que la Orquesta y el Coro de La Plata sonaron maravillosamente bien y que es perfectamente lícito compararlos ahora con los del Colón y hasta por momentos encontrarlos superiores. Enhorabuena tener dos teatros con tal calidad.
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FABIAN VELOZ  volvió a impresionarme por su voz , como hace años viene haciéndolo, pero además por la forma en que ha introducido cada vez  más matices en su línea de canto. Está pasando rápidamente de ser un muy buen cantante a ser un excelente cantante de estatura internacional.Actoralmente ha progresado una barbaridad, dominando ahora una serie de gestos y actitudes que antes no  sabía llevar adelante . Tiene  aún bastante para explorar en  el personaje de Yago, pero ya se intuye la gran versión que llegará a ser.  Yo diría que a su Yago le falta algo más de interioridad, que sus gestos parecen por ahora claramente teatrales y que lo que falta es en el campo de la interiorización del personaje,algo que sólo la frecuentación del personaje puede aportar.
JOSE AZOCAR  sigue pareciéndome un Otello eficiente, confiable, con todas las notas y razonable intérprete. Su voz acusa aquí  o allá el paso del tiempo, por ejemplo en el vibratto de ciertas notas ( más evidente en esta función que la anterior ) y su actuación es standard, pero cumple y permite que la Opera sea representada. Ya quisiéramos tener en las redondezas alguien que hiciera lo mismo con TRISTAN o TANNHAUSER ¡!.
DANIELA TABERNIG sorprendió .
A priori su voz de lírico ligera  no parecía la más adecuada para el papel y era más bien una solución de emergencia a la repentina renuncia de PAULA ALMERARES  de cantar esta función debido a un compromiso en Europa.
Otra cosa es lo que se oyó. Con inteligencia y arrojo Tabernig oscureció su voz y encontró en los graves de pecho la sonoridad requerida para las partes más dramáticas. Como tiene una muy buena mezza voce , la escena final no le planteó ningún desafío. Yo diría que si en algo pagó tributo fue en la escena del primer acto donde sus agudos exhibieron un cierto grado de incoherencia sonora con la voz que había logrado crearse en el centro y el grave, sonando demasiado blancos.Y en la escena final del tercer acto en la que cumplió pero no brilló y en algunos pasajes fue opacada por la orquesta . A este respecto es  curioso que los amigos sentados en filas más lejanas al escenario afirmaron que la orquesta cubrió varias veces a voces grandes como las de Veloz y Acocar pero no a la de Tabernig. Yo desde la primera fila oí todo lo contrario. Misterio9s de la acústica
Otra consideración es lo saludable o no para una cantante joven de empeñarse tan a fondo y recurrir a la voz de pecho para encarar un papel que en el plano vocal no le cae espontáneamente en lo mejor de su voz. Pero lo que se oyó, que es lo que cuenta, en el presente fue inobjetable y en muchos momentos brillante . Como actriz descolló dándole al personaje ( a pesar de la ropa, de las pelucas, especialmente la del tercer acto, que no obstante lucieron esta noche mucho más contenidas que en las dos anteriores, perjudicando menos su aspecto ) el aire juvenil y frágil requeridos por el personaje.Una actuación entonces muy  satisfactoria que puede mejorar mucho y llegar a ser una interpretación notable si no le está dañando la voz.
Y queda la regie. Apoyada en una maquinaria teatral impresionante, la regie es espectacular y vistosa. Incluye además varios muy buenos momentos en los que es notorio que Marittano ha tabajado a fondo sus personajes con los intérprete s respectivos, y es muy probablemente el mejor trabajo suyo que haya visto hasta ahora.
Pero no todo en la concepción general me pareció igualmente satisfactorio. Marittano quiso reambientar la obra en la época de Shakespeare y además darnos una idea de lo que podría ser un teatro de la época, pero lo que estamos viendo es el Otello de Verdi, y no son exactamente la misma cosa. Y eso llevó además a determinadas decisiones en materia de desplazamientos y vestuario ( las pelucas ¡!) que no jugaron a favor del drama.
Anoche, no sé por qué,no funcionó como en las otras dos funciones la escena de la tormenta. Faltó el telón de boca trasparente y la proyección de la lluvia y el viento. El clima pasó entonces de tormentoso a nublado con lluvias aisladas, y no se explicó el casi naufragio de Otello . Sospecho que no fue una decisión sino un inconveniente técnico de último momento porque también percibí algunas modificaciones en la iluminación y en la estructura del Teatrito, que en este último caso operaron a favor al permitir un mejor contacto visual entre el coro y el Director.
La escena final fue prácticamente re diseñada exigiéndole una movimentación muchísimo menor a Desdemona, que pudo por ejemplo despedirse de Emilia abrazándola en la cama en vez de saltar de la cama y correr hacia ella, y que en la escena clave del final pudo implorar piedad de Otello en pie y no arrodillada con lo que se evitó el embarazoso gesto del inminente asesino ayudando a la victima a levantarse del suelo.
Todo sumado un gran aplauso al Teatro Argentino  y sus artistas estables así como a los integrantes de los tres elencos presentados,  por osar, por brindarnos esta difícil obra del último Verdi, en condiciones que no bajaron nunca de lo correcto y que en muchos de los momentos por el contrario se situaron en un alto nivel de calidad. Hago votos para que el Argentino siga poniéndose en pie.

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