viernes, 28 de octubre de 2016

EUGENIO ONEGUIN- FUNCION DEL ESTRENO

EUGENIO ONEGUIN
BALLET DE JOHN CRANKO  BASADO EN LA NOVELA DE PUSHKIN
MUSICA DE TCHAICOVSKY C/ARREGLOS  DE KURT HEINZ STOLZE
MAESTROS REPOSITORES-AGNETA S.VALCU Y VICTOR VALCU
ORQUESTA SINFONICA DEL SODRE BAJO LA  DE DIRECCION MARTIN GARCIA
BNS BAJO LA DIRECCION DE JULIO BOCCA Y SOFIA SAJAC ( CODIRECTORA )
AUDITORIO ADELA RENTA –SODRE

Soy desde hace tiempo un admirador incondicional de los trabajos de Cranko, con justicia considerado uno de los mayores exponentes del ballet neoclásico, con un inolvidable pasaje por la dirección del Ballet de Stuttgart antes de fallecer trágicamente joven. Tuve la suerte de poder ver durante mi estadía de 28 años en Río dos de sus más notables trabajos ROMEO Y JULIETA, UN TRANVIA LLAMADO DESEO  ambos con la actuación protagónica de su musa inspiradora y bailarina favorita MARCIA HAYDEE. Después pude ver varias veces más el ROMEO Y JULIETA  que en la versión Cranko  era una presencia obligada en el final de las temporadas anuales de la Staatsoper de Viena.
Quedé entonces admirado y sigo admirado hoy por la fantástica fuerza teatral de sus coreografías, un tipo de danza que de hecho es la encarnación cabal de lo que la Enciclopedia dice sobre el ballet neoclásico “ un ballet con mucha más libertad de movimiento. movimiento que es visceral, que viene desde dentro y que necesita soltura para fluir libremente “.
No es tarea fácil montar Eugenio Oneguin , para comenzar porque los curadores de la herencia de Cranko guardan un riguroso control de a quienes autorizan a bailarla, y cada Compañía que solicita representarla es sometida a un examen previo para ver si cumple con los requisitos de calidad para mantener intactos  los valores de esta obra maestra. El Bns  fue puesto a examen por un veedor, que resultó ser nada menos que la propia MARCIA HAYDEE, a quien sorprendí una noche –emocionado-sentada en la Platea Alta del Auditorio, totalmente anónima, sola y con su clásica   modestia.
Pasamos la prueba y esa fue la génesis de este excepcional espectáculo , uno de los más importantes que ha representado la Cia.
Cuenta para comenzar con una bellísima escenografía y vestuario  de PIER LUIGI SAMARITANI Y ROBERTO GUIDI DI BAGNO , cedidos por el Colón que acaba de presentar este título en su sala y que a su vez estará presentando LA BAYADERA  con una producción cedida por el BNS.
Viendo los bellísimos pero simples escenarios, compuestos en su mayor parte por telones pintados, me dedicaba como amante de la Opera que soy antes que nada, a envidiar a los amantes del ballet. Por qué los ballets pueden ser presentados con estos decorados hermosos, que crean el clima  del medio donde se desarrolla el drama y la Opera por el contrario tiene que tener complicadas y costosas escenografías, cambios de época y hasta de argumento ¿? Por què tenemos que tragarnos a seco una Cavalleria Rusticana ambientada en una estación del subte de NY y los balletómanos no tienen que sufrir un LAGO DE LOS CISNES donde Odette es una guerrillera musulmana y algún otro disparate argumental o un ROMEO Y JULIETA  donde todos son extraterrestres recién descendidos de una nave espacial , al estilo de lo que se ve hoy con exagerada frecuencia en los Teatros de Opera ¿?
Enfin. Pero vayamos a lo que se vió hoy que fue conmovedor y deslumbrante.
ONEGUIN  descansa fundamentalmente en 3 personajes que son muy exigidos tanto técnicamente como dramáticamente.
A nadie puede sorprender que CIRO TAMAYO  haya sido un LENSKY  excepcional, tanto en los movimientos donde es muy exigido por la coreografía como interpretativamente , descollando dramáticamente en la escena del baile donde la indignación va tomando cuenta de él hasta el momento en que literalmente tiembla de cólera mal reprimida, la fuerza desesperada de su reto a duelo y el trágico y tierno adiós a la vida, donde Cranko sin valerse de la maravillosa aria de la Opera ( en ningún momento utiliza material de la Opera sino de otras composiciones de Tahaicovsy ) consigue igualar el impacto emotivo de la bella aria de Lensky, con un hermoso solo del bailarín  con un ténue acompañamiento musical.
Tampoco puede nadie sorprenderse de  que MARIA NOEL RICCETTO haya sido una grácil, refinada elegante Tatiana en las dos escenas del primer acto, ni que haya dado con singular sensibilidad el enamoramiento por Oneguin en el bello y difícil  pas de deux de la segunda escena. Después de todo el arte de ser divina es el arma que mejor domina esta genial bailarina clásica que hemos sabido robarle al mundo. La sorpresa vino después con las escenas más dramáticas de la obra :la escena de la carta donde Oneguin rasga a su vez la carta y el corazón de Tatiana, su intento desesperado de evitar el duelo y sobre todo la desgarradora escena final, donde es ella quien ahora rasga la carta de Oneguin pero con ella está volviendo a rasgar su propio corazón.  En el ballet hay una diferencia sutil con la Opera, donde ella huye de la escena y es Oneguin el que queda solo para dar rienda suelta a su dolor, en el ballet es él quien sale apresurado de escena y es ella quien debe   culminar la obra con su gran máscara de dolor.  En todas estas escenas Riccetto estuvo sencillamente sobrecogedora y dió cabal muestra del grado de madurez que ha alcanzado como intérprete, que ahora sí está a la altura de la casi perfección como bailarina que trajo desde que llegó, y ha logrado lo que para mí fue su mejor interpretación desde que está en la Cia, lo que no es decir poco.
Pero el mayor triunfador de la noche ha sido CIRO MANSILLA. No porque haya estado mejor que sus dos colegas, no es el caso. Sino porque representa el mayor paso adelante para él. Mansilla  ya había mostrado en CARMEN sus progresos como intérprete pero tenía aquí el compromiso mayor de su carrera y es visible que se aplicó con uñas y dientes a estar a la altura de la dura prueba y vaya si lo consiguió. La obra es técnicamente un catálogo de dificultades y Mansilla  que en el pasado ha mostrado una calidad variable en lo técnico aquí se ha superado notoriamente logrando estar completamente a la altura de todas las exigencias, especialmente los dos difíciles pas de deux con Tatiana. En lo interpretativo su trabajo no puede ser más notable. Oneguin es de hecho a lo largo de la obra unos 5 personajes emparentados pero diferentes. En la primera escena es el aristócrata distraído que mira con condescendencia y aire distraído. En la segunda escena ya no es él : es la imagen que sobre él proyecta Tatiana en su sueño. En el baile es un Oneguin desagradable , encolerizado, destructor. Y en las dos escenas finales es un hombre envejecido, marcado por la vida, que viene a implorar clemencia y es rechazado. Finísima composición y una noche de triunfo para el joven bailarín que recibió no solo el reconocimiento del público sino de su propia partenaire que depositó a sus pies el ramo de flores que Bocca le entregara, un gesto que por otra parte la dignifica como compañera, y como persona que pudiéndose darse aires de diva  se siente una más del grupo. Brava.
Bonita , delicada la Olga de CARELIZ POVEA  que creció interpretativamente para dar el dolor en la escena del duelo. Sòlidos trabajos de ESTEBAN CLAVERO como Gremin y de JOYCE ALVES  una Mme Larina joven y entusiasta
Se intuye por tras de estos grandes logros interpretativos un gran trabajo de los repositores que me animo a apostar han trabajado con intensidad las motivaciones de cada gesto de los personajes. Gran trabajo.
El Coro ( sigo usando este término importado de la Opera ) se lució cada vez que participó con un punto alto en las diagonales aceleradas de la primera escena que arrancaron una sonora ovación a telón abierto , la primera de la noche.

Este ballet perdería muchísimo si no se contara con la Orquesta , que tuvo una noche de gran rendimiento, dando el ritmo y la intensidad dramática requeridos para mantener al ballet en su curso.















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