LA TRAVIATA – SODRE- SEGUNDO ELENCO
( SEGUNDO POR ORDEN DE APARICION, ACLARO )
El elenco alternativo presentado en esta función puede
ser calificado de “ elenco nacional “ ya que los 3 interpretes protagónicos son
nacionales y radicados en el país, mientras el otro elenco incluye una soprano
venezolana, un tenor entre argentino y
europeo por los lugares donde predominantemente canta y un barítono uruguayo
pero residente en Europa donde desarrolla una buena carrera.
El público del Sodre por lo visto no es
chauvinista, porque la Sala estaba virtualmente llena ofreciendo muy pocos espacios sin ocupar, por
oposición a la noche del estreno que estaba completamente colmada es verdad, pero que precisamente por ser el
estreno incluye un número mayor de invitados especiales.( Estaba por ejemplo el
Ministro Astori que es un asíduo frecuentador de los espectáculos de Opera )
Y la verdad es que el público que optó por esta
versión estuvo muy lejos de salir perjudicado.
Ante todo la función tuvo una Violeta excepcional
en la persona de SANDRA SILVERA en una interpretación
merecedora de un gran aplauso de pie. Pocas veces en mi vida he visto una interpretación
tan lograda de este personaje. Sandra tiene la voz del papel, para comenzar. Una
soprano lírica con tendencia a lirico-spinto que no en balde ha coantado una
memorable Leonora de Il Trovatore en el Teatro Solis. Eso se puso cabalmente de
manifiesto en el segundo acto donde Verdi decididamente carga las tintas en el
registro grave de la soprano y que en la voz de Sandras sonó con toda la fuerza
requerida inclusive un AMAMI ALFREDO con la última sílaba perfectamente
audible, que no es el caso en sopranos más líricas que son cubiertas por la
orquesta. Eso , unido a la inteligente actuación de Sanguinetti de la cual
hablaré después, hizo que el enfrentamiento de Violetta con Germont adquiriera
un particular intensidad, La Violeta de Sandra, mujer de la calle al fin de
cuentas, no es una flor ténue sino una mujer con todo el carácter de una mujer
que ha tomado su vida en sus manos y se resiste con fuerza a la imposición de
Germont, lo cual hace más dolorsa y patética su rendición final. Gran canto y
gran actuación. Del mismo modo , el generoso registro grave y la fuerza de su
centro vocal le permitieron encarar la SEMPRE LIBERA como lo que es: un desafío que la protagonista
lanza a los aires, con su última tentativa de no rendirse vulnerable al amor, a
ese amor que minutos antes en el brindis ha confesado ignorar. Y para que ese
desafío se haga carne en la platea debe ser cantado precisamente con esta voz,
la de una soprano con el peso casi de una dramática de agilita, pero que puede
cumplir con la coloratura y con las notas agudas a las que debe llegar exigida
por la partitura. Otro gran momento de canto y de teatro. No hubo do ni mi
bemol interpolados pero ni falta que hicieron.
Claro ninguna Violeta que se precie puede carecer
de pianísimops, que son una exigencia constante de la partitura y un recurso imprescindible
de la interpretación Y Sandra hizo gala de poseerlos con total generosidad,
recordando aquel luminoso D AMOR SU L ALI… en IL TROVATORE donde arrasaba con la platea.
Además Sandra posee esa rara cualidad que yo admiro
en los actores ( cantar es actuar ) de ponerse en la piel del personaje,
proyectarlo desde dentro y no abandonarlo ni un instante , ni siquiera cuando
están inmóviles. Sus contraescenas fueron notables.
En suma una actuación memorable que pone de
manifiesto hasta que punto hemos estado desaprovechando una verdadera joya.
JUAN CARLOS VALLS es un caso diferente, y hago constar que es mi amigo. Posee una voz de rara
belleza, potencia y extensión. Ya quisiéramos en la época de oro de la lírica
en el Sodre, haber tenido un tenor con sus dotes, ya que constantemente los
repartos sufrían de la limitación de no tener tenores capaces de cantar todas
las notas de su papel. Valls se florea en Alfredo, le sobra voz por los cuatro
costados y encima clava un do que es un cañonazo al final de la caballetta. Pero,
y no son peros menores , adolece de tres limitacioens que perjudican su
composición. En primer lugar le gusta oirse y a menudo canta con un volumen
exagerado algunas frases que piden una cierta intimidad. Justo es reconocer que
en relación a LA TRAVIATA que le vi
recientemente en Rosario ha hecho notables progresos, matizando varios pasajes
con apropiados pianísimos donde su voz suena particualrmente agradable, haciendo
recordar aquel valioso DES GRIEUX que cantara en el Colón. Pero son muchos los
pasajes donde más parece estar cantando IL TROVATORES y DI QUELLA PIRA ( que además le saldrían muy bien con su voz
) que LA TRAVIATA. En segundo lugar, quizás
como consecuencia de lo mismo, su afinación se torna por momentos errática. Y
por último interpretativamente no da en el clavo con el personaje , lo pinta como narcisista,
arrogante,egocéntrico en lugar de tímido y enamorado. Obviamente su peor
momento es el primer acto donde esta concepción choca con la línea argumental,
y su mejor momento el tercer acto en la escena de la imprecación donde está más
cerca del momento dramático.
FEDERICO SANGUINETTI lució una voz firme y segura
con un impactante registro agudo, más allá de algunas dificultades al comienzo
de su interbvención debidas a una obstinada flema que afectó algunas notas de
su registro central, que lo incomodaron hasta que la consiguió eliminar. Y ya
que mencioné el registro agudo debo hacer mención del potente SI bemol
incorporado al final del segundo acto, que fue realmente impactante. Espero no
se convierta en obligatorio como otros agudos interporlados en el pasado ( la
pira, la donna e mobile , la maledizione al final de Rigoletto ) porque si tal
cosa ocurre habrá pocos barítonos que se
atrevan a cantar el Germont.
Los agudos interpolados a veces terminan pareciendo
necesarios como los ya mencioandos o el agudo al final de la escena de la
marcha triunfal en Aida ( vide Callas en Mexico )- En otras ocasioens son de
extremo mal gusto y arruinan la escena, como era el caso de muchas de las interpolaciones
que hacia LILY PONS por dar un ejemplo.
Este en particular creo que no es de los primeros pero tampoco de los segundos.
Nadie lo extrañará si no es hecho pero tampoco puede decirse que haya arruinado
la escena.
Lo que fue realmente valioso de la contribución de
Sanguinetti fue la sutil concepción del personaje. El hombre viene cargado de
nobleza y rectitud a enfrentarse con un animalejo imundo de cuyas garras debe
rescatar a su hijo y a su fortuna. Todo en el es reprobación y asco muy mal
disimulados. Y durante todo el dúo está constantemente atento a cual es el
efecto de sus dichos sobre Violeta para encontrar el flanco débil y convencerla…Ni
él cree en lo que dice, simplemente persigue un objetivo y debe obtenerlo
cueste lo que cueste. Una muy valiosa reflexión sobre una escena que no por
vista muchas veces deja de admitir nuevos enfoques.
Ya que he vuelto sobre el espectáculo quiero
comentar la impactante escena inicial de la regie, con Violeta de espaldas en
primer plano y los invitados avanzando
en cámara lenta desde el fondo, o el breve intercambio mudo de palabras entre
ella y el Baron donde él hace ademán de quedarse esa noche y ella le hace seña de que no, ante lo cual él
se retira con una mezcla de desconcierto y furia. O la forma sencilla en que
resolvió un viejo problema de las puestas que es la necesidad de tener une espejo
enorme para que Violetta se mire en él y cante su frase OH QUAL PALLOR. La
regie le encontró una solucón simple : Violetta ve el pallor de sus manos, y no
hace falta espejo alguno.
Por último un comentario al margen : generoso el
Sodre ofrece dos elementos auxiliares para seguir la acción . Uno es el
subtitulado proyectado en lo alto del escenario El otro, para quien está en la platea
son las expresiones faciales del Maestro García que canta y gesticula en total
concordancia con lo que está ocurriendo en escena a punto de volver redundante
mirar el escenario.
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