MACBETH – TEATRO COLON – EL OTRO ELENCO
Tres cambios importantes en el elenco del Macbeth
para las 2 funciones extraordinarias, una de las cuales infelizmente cerrada para
el público general que tuvo entonces sólo 1 oportunidad de apreciarla. Y debo aquí agradecer a las personas que
posibilitaron que yo asistiera a la función de esta noche,la primera vez en 55
años de ir al Colón en que veo un espectáculo sin adquirir la entrada , que se
suma a dos veces que alguien me cedió
una localidad, totalizando entonces 3 “ garroneadas “ en 55 años, un record que
creo no es muy malo. No las menciono por
su nombre porque no sé si las comprometo
DOUGLAS HAHN
fue Macbeth. No es una voz típicamente verdiana, con un timbre más bien
atenorado, graves modestos y un volumen vocal más que suficiente pero no
apabullante. Pero cantó con total solvencia la partitura a su cargo y se destacó como intérprete dando una versión
muy sentida de su personaje, pese a que se notó que el segundo elenco fue
beneficiado con menos ensayos que el titular, cosa que por otra parte es lo que
ocurre siempre.
HOMERO PEREZ MIRANDA utilizó con inteligencia su
registro de bajo-barítono, con graves
razonables y un mejor desempeño vocal en el centro y la zona aguda. Interpretativamente
fue muy convincente superando claramente la versión de su colega ruso.
EIKO SENDA, que acabó ovacionada como en TOSCA y
que supongo dejará de ser ignorada por el Colón después de estos dos sucesos, exhibió
un poderoso instrumento vocal magníficamente administrado y utilizado expresivamente,
especialmente sobre la base de los contrastes entre graves y agudos, pianísimos
( y vaya si tiene pianísimos ) y pasajes a viva voz ( y vaya si tiene viva voz
). Demostró cabalmente poseer la voz del papel y uno se pregunta por que teniendo
el Colón a la vuelta de la cuadra una soprano de estos quilates fue a buscar lejos
una cantante que nunca había cantado la parte y que vino a probarse con ella,
pienso que con resultado no positivo como diría un ex Presidente de la Nacion.
Eiko si beneficiada por la atención preferencial en los ensayos que se dedicó
al elenco titular, hubiera conseguido una encarnación alucinante del papel, que
aquí logró sólo en parte por estar menos familiarizada con las marcaciones y
por no haber tenido la oportunidad de preparar en detalle todos los aspectos de
la “vocalita” del personaje con un hombre de los quilates de Ranzani. Quedan
para el recuerdo, dentro de una interpretación que se intuye pudo aún ser más
impactante, su vibrante ejecución del aria inicial, el LA LUCE LANGUE cantado
con absoluta comodidad en las notas graves, el brindis con los agudos
sostenidos el tiempo que hay que sostenerlos y no apenas tocados, los dos concertantes
con la voz elevándose por encima de todo y de todos, y muy sobre todo la escena
del sonambulismo donde demostró todo lo que puede hacer : graves
escandalosamente sonoros , acontraltados, pianísimos y la fuerza en el decir ,
amen de un impactante agudo final. No fue casual que recibiera la ovación de la
noche, junto con el coro y el director. Actoralmente Eiko estuvo muy expresiva
ratificando la favorable evolución que
ha tenido en este rubro, sin llegar al nivel extraordinario como actriz
alcanzado por su colega en el papel. Puede ser subjetivo de mi parte pero me
pareció menos compenetrada con la versión del papel que cuando cantó la misma
parte en una puesta más tradicional en el Solis de Montevideo. Creo que faltaron
para ello horas de trabajo con la regie, que obviamente debió concentrar sus
esfuerzos en el elenco principal.
Coincido en que la performance de Hahn fue tibia, hasta aburrida. También estoy de acuerdo con sus apreciaciones generales de la puesta en escena, forzada. La orquesta para mi gusto no fue de lo mejor, Ranzani utilizó tempi bastante acelerados, lo cual se notó en la deslucida escena del baile del Acto II ("Si colme il calice..."), que debe ser suave y melodiosa.
ResponderEliminarEn líneas generales me fui con un gusto amargo.