REPRODUZCO A CONTINUACION LOS PARRAFOS PERTINENTES DE MI COMENTARIO DE EUGENIO ONEGUIN EN LA NOCHE DEL ESTRENO QUE DAN CABIDA CUENTA DE POR QUE JULIO BOCCA DECIDIO POSTULAR A MARIA NOEL RICCETTO PARA EL PREMIO BENOIS, QUE FINALEMENTE GANO.
LA BAILARINA COMPATRIOTA, ROBADA POR JULIO AL AMERICAN BALLET TUVO EN ESTE ESPECTACULO UNA GRAN ACTUACION, LA MAS COMPLETA DE SU TRAYECTORIA LOCAL PORQUE AUNÓ A LO QUE UNO AUTOMATICAMENTE ESPERA DE ELLA QUE ES LA PERFECCION DE UNA GRAN BAILARINA CLASICA CON UNA INTENSA INTERPRETACION DRAMATICA, QUE PUSO EN EVIDENCIA LA IMPORTANTISIMA EVOLUCION DE SU PALETA INTERPRETATIVA. Y EN EL SEGUNDO PARRAFO SE EXPLORA UN COSTADO QUE NO DEBE SER SOSLAYADO, QUE ES SU ESPIRITU DE CURPO MANIFESTADO EN EL HOMENAJE QUE EN ESCENA RINDIO A SU PARTENAIRE DE ESA NOCHE, DEJANDO DE LADO TODO DIVISMO.
Tampoco puede nadie sorprenderse de que MARIA NOEL RICCETTO haya sido una grácil, refinada elegante Tatiana en las dos escenas del primer acto, ni que haya dado con singular sensibilidad el enamoramiento por Oneguin en el bello y difícil pas de deux de la segunda escena. Después de todo el arte de ser divina es el arma que mejor domina esta genial bailarina clásica que hemos sabido robarle al mundo. La sorpresa vino después con las escenas más dramáticas de la obra :la escena de la carta donde Oneguin rasga a su vez la carta y el corazón de Tatiana, su intento desesperado de evitar el duelo y sobre todo la desgarradora escena final, donde es ella quien ahora rasga la carta de Oneguin pero con ella está volviendo a rasgar su propio corazón. En el ballet hay una diferencia sutil con la Opera, donde ella huye de la escena y es Oneguin el que queda solo para dar rienda suelta a su dolor, en el ballet es él quien sale apresurado de escena y es ella quien debe culminar la obra con su gran máscara de dolor. En todas estas escenas Riccetto estuvo sencillamente sobrecogedora y dió cabal muestra del grado de madurez que ha alcanzado como intérprete, que ahora sí está a la altura de la casi perfección como bailarina que trajo desde que llegó, y ha logrado lo que para mí fue su mejor interpretación desde que está en la Cia, lo que no es decir poco.
Pero el mayor triunfador de la noche ha sido CIRO MANSILLA. No porque haya estado mejor que sus dos colegas, no es el caso. Sino porque representa el mayor paso adelante para él. Mansilla ya había mostrado en CARMEN sus progresos como intérprete pero tenía aquí el compromiso mayor de su carrera y es visible que se aplicó con uñas y dientes a estar a la altura de la dura prueba y vaya si lo consiguió. La obra es técnicamente un catálogo de dificultades y Mansilla que en el pasado ha mostrado una calidad variable en lo técnico aquí se ha superado notoriamente logrando estar completamente a la altura de todas las exigencias, especialmente los dos difíciles pas de deux con Tatiana. En lo interpretativo su trabajo no puede ser más notable. Oneguin es de hecho a lo largo de la obra unos 5 personajes emparentados pero diferentes. En la primera escena es el aristócrata distraído que mira con condescendencia y aire distraído. En la segunda escena ya no es él : es la imagen que sobre él proyecta Tatiana en su sueño. En el baile es un Oneguin desagradable , encolerizado, destructor. Y en las dos escenas finales es un hombre envejecido, marcado por la vida, que viene a implorar clemencia y es rechazado. Finísima composición y una noche de triunfo para el joven bailarín que recibió no solo el reconocimiento del público sino de su propia partenaire que depositó a sus pies el ramo de flores que Bocca le entregara, un gesto que por otra parte la dignifica como compañera, y como persona que pudiéndose darse aires de diva se siente una más del grupo. Brava.
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