sábado, 8 de julio de 2017

COMO HUBIERA SIDO MI VIDA SI ME HUBIERA TOCADO SER MARIA CASTILLO DE LIMA ????





No existe mejor manera de entender a otras persona que tratar de colocare en su lugar y vivir desde dentro las experiencias que han marcado su vida. Calzarse sus  propios zapatos diría si  no fuera porque esto implicaría usar zapatos de taco alto, que no es precisamente mi especialidad.
Yo no soy un amigo íntimo de MARIA CASTILLO DE LIMA y no lo fui en su vida anterior. Habíamos conversado socialmente en los intervalos de algunos espectáculos líricos  y  compartido con otros cantantes una cena cuando viajé a Bahia Blanca para ver su su NORMA con HAYDEE DABUSTI Y EDINEIA OLIVEIRA  dirigidos por CESAR TELLO que entonces era el director estable de la Orquesta de la ciudad.
Pero nuestra entrevista reciente , que duró unas 4 horas y fructificó en un reportaje que tuvo impacto inusual en el medio pues fue leído por un número record de personas, alteró profundamente mi manera de verlo.
Desnudo espiritualmente delante de mí ( y no me carguen con los doble sentidos ) se abrió completamente y me contó su peripecia vital , con sus alegrías y sus sinsabores, sus logros , las dificultades que pasó para llegar a ellos y la frustración actual que siente al observar que fuera de un cierto grupo de artistas ( y aquí tuvo palabras muy agradecidas para CESAR TELLO ) no se lo toma en serio y cuando se lo invita es más con el propósito de crear escándalo a partir de su particular situación.
Yo admito ser fruto de nuestra cultura y cargar los mismos prejuicios que cargamos todos.  Cuando lo vi comenzar a mostrarse vestido de mujer fruncí la nariz y lo miré con desconfianza. Algo empezó a cambiar en mi, que me había negado a escucharlo en su nuevo registro,  pese a que me lo recomendaban personas muy serias y entendidas en arte vocal, cuando lo oí cantar una ANA BOLENA  poco menos que perfecta (y vaya papel difícil que es ) con espléndidos mi bemoles y donde sólo eran de lamentarse 3 o 4 notas que tenían un marcado sonido varonil ( una dificultad técnica que sólo despues de estas representaciones logró superar )
Desde entonces lo estuve persiguiendo para que me concediera el reportaje y creo que el temía hasta cierto punto a las preguntas y que yo lo tratara como un raro ejemplar circense, lo cual no era ciertamente mi intención-
A lo largo de la entrevista se fue borrando en mi mente la etiqueta TRAVESTI con que inevitablemente lo tenía catalogado y comprendi que estaba frente a una mujer, sea cual fuere la forma en que llegó a serlo, y de los remanentes físicos que pueda tener de su vida anterior.
Luego vino el comunicado de ella exponiendo con palabras certeras su situación actual en el mundo lírico y las decisiones que ha tomado para defender su integridad artística.
Y comencé a  querer entenderlo más profundamente para lo cual me formulé la pregunta COMO HUBIERA SIDO MI VIDA, QUE HUBIERA SENTIDO YO SI ME HUBIERA TOCADO EN SUERTE SER MARIA CASTILLO DE LIMA ¿?
Lo que sigue es un ejercicio de imaginación que responde a esa pregunta . En ningún modo pretende ser un retrato de la Maria real, aunque si cumplo mi propósito ayude a muchos a entenderla por dentro y sin prejuicios
Yo me imagino siendo María muy jovencita,  quizás con 5 años  descubriendo con bastante terror que algo ha salido mal y que mi pequeña alma de mujer ha venido encerrada en el cuerpo de un hombre. Me imagino tratando de convivir  con esa realidad que a mi temprana edad creo inmutable y tratando de adaptarme a las expectativas de mi familia, de mis amigos, mis educadores que me tratan como a un niño común y corriente ( para evitar la palabra normal ) sin darse por enterados de la contradicción que anida en mi.
Me imagino tratando de abstraerme de ese problema , que creo que no puedo solucionar y concentrando todos mis esfuerzos en mi mundo ideal que es el de la música- Me veo como un talentoso, precoz autodidacta que comienza a dominar el mundo de la música, aprendo a leer partituras musicales, a tocar el piano y finalmente a componer música pudiendo escribir algunas canciones y hasta 3 Operas.

Me veo beneficiado por la suerte con un par de excelentes profesores que le enseñan técnica vocal al hombre que ellos creen que soy y emerger de esas clases como un tenor dotado de una voz de gran calidad y con mi musicalidad, lo cual pronto me hace acceder a personajes protagónicos junto a figuras consagradas y recibiendo muy buenas críticas y una muy favorable respuesta del público. Me veo ganando el concurso de ingreso al Coro Estable del Colón lo cual me asegura un sueldo que no será principesco pero que me pone totalmente a cubierto de apremios financieros para sostener mi vida .
Y allí comienza mi problema real.  Llegado a la edad adulta siento que no puedo continuar fingiendo, que no puedo prolongar la farsa en que se ha convertido mi vida, y que debo vivir como la mujer que siento que soy.
Comienzo por  lo más simple : vestirme , maquillarme, aprender nuevos gestos , nueva manera de caminar .Todo ello tiene dificultades pero no son inquietantes.
Luego viene la etapa de informar a mi familia, mis amigos, mis compañeros de trabajo que tienen que aprender que el hombre que conocieron y quisieron no está más allí y en su lugar estoy yo, que soy el mismo pero al mismo tiempo soy otra.
Pero todo eso es nada comparado con la mayor dificultad. Podré mantener mi carrera como cantante lírico ¿? Se adaptará mi voz al cambio de género ¿? Y tengo que volver a ser autodidacta. No hay profesores de cambio de género vocal porque es un problema que rara vez se ha planteado. Y tengo que aprender por mí m ismo usando las técnicas con las cuales me enseñaron a cantar cuando todavía era un hombre.
Para mi felicidad y sorpresa la voz responde bien y pronto estoy cantando como soprano. Tengo un registro agudo notable que llega al mi bemol, un volumen vocal quizás más importante que el que tenía como tenor. Mis pianísimos son espectaculares. Y tengo que trabajar el centro y el grave que tienden a sonar demasiado contundentes  y con una cierta metalidad.
Tengo además unas 4 notas rebeldes en la zona del pasaje que se resisten a tomar nota de que ahora somos soprano y suenan con un timbre viril. Tengo la suerte de conversar mano a mano con una gran mezzo/ contralto italiana que viene a cantar al Colón y me enseña ciertas técnicas que corrigen ese incómodo problema.
Y ahora finalmente soy una soprano hecha y derecha pronta a competir por los papeles y brillar.
Y allí aparece una dificultad que no había previsto : no me toman en serio. Me ven como una especie de fenómeno y todo lo que me proponen hace incapie en mi condición de transexual, sea espectáculos concebidos alrededor de esta transformación o puestas en escena que hacen uso y abuso de mi condición.
Tengo invitaciones de cantantes famosas que han venido al Colón y libres de los prejuicios de nuestro medio me insisten en que debo irme a Europa. Pero tengo la determinación de ante todo terminar mi carrera en el Conservatorio para partir si es necesario con un título abajo del brazo que me permita ganarme la vida dando clases.
Y en el interín tomo la decisión de luchar, de hacerme respetar, de no aceptar propuestas que profundicen el cliché que quieren hacer de mi vida profesional, aún al costo de renunciar al beneficio de contratos para aparecer en la TV que me darían dinero y popularidad.-
Puede que María no sea para nada así. Pero es como yo sería y como yo hubiera sentido si me hubiera tocado representar el papel que le tocó a ella.
Yo me imagino siendo María muy jovencita,  quizás con 5 años  descubriendo con bastante terror que algo ha salido mal y que mi pequeña alma de mujer ha venido encerrada en el cuerpo de un hombre. Me imagino tratando de convivir  con esa realidad que a mi temprana edad creo inmutable y tratando de adaptarme a las expectativas de mi familia, de mis amigos, mis educadores que me tratan como a un niño común y corriente ( para evitar la palabra normal ) sin darse por enterados de la contradicción que anida en mi.
Me imagino tratando de abstraerme de ese problema , que creo que no puedo solucionar y concentrando todos mis esfuerzos en mi mundo ideal que es el de la música- Me veo como un talentoso, precoz autodidacta que comienza a dominar el mundo de la música, aprendo a leer partituras musicales, a tocar el piano y finalmente a componer música pudiendo escribir algunas canciones y hasta 3 Operas.

Me veo beneficiado por la suerte con un par de excelentes profesores que le enseñan técnica vocal al hombre que ellos creen que soy y emerger de esas clases como un tenor dotado de una voz de gran calidad y con mi musicalidad, lo cual pronto me hace acceder a personajes protagónicos junto a figuras consagradas y recibiendo muy buenas críticas y una muy favorable respuesta del público. Me veo ganando el concurso de ingreso al Coro Estable del Colón lo cual me asegura un sueldo que no será principesco pero que me pone totalmente a cubierto de apremios financieros para sostener mi vida .
Y allí comienza mi problema real.  Llegado a la edad adulta siento que no puedo continuar fingiendo, que no puedo prolongar la farsa en que se ha convertido mi vida, y que debo vivir como la mujer que siento que soy.
Comienzo por  lo más simple : vestirme , maquillarme, aprender nuevos gestos , nueva manera de caminar .Todo ello tiene dificultades pero no son inquietantes.
Luego viene la etapa de informar a mi familia, mis amigos, mis compañeros de trabajo que tienen que aprender que el hombre que conocieron y quisieron no está más allí y en su lugar estoy yo, que soy el mismo pero al mismo tiempo soy otra.
Pero todo eso es nada comparado con la mayor dificultad. Podré mantener mi carrera como cantante lírico ¿? Se adaptará mi voz al cambio de género ¿? Y tengo que volver a ser autodidacta. No hay profesores de cambio de género vocal porque es un problema que rara vez se ha planteado. Y tengo que aprender por mí m ismo usando las técnicas con las cuales me enseñaron a cantar cuando todavía era un hombre.
Para mi felicidad y sorpresa la voz responde bien y pronto estoy cantando como soprano. Tengo un registro agudo notable que llega al mi bemol, un volumen vocal quizás más importante que el que tenía como tenor. Mis pianísimos son espectaculares. Y tengo que trabajar el centro y el grave que tienden a sonar demasiado contundentes  y con una cierta metalidad.
Tengo además unas 4 notas rebeldes en la zona del pasaje que se resisten a tomar nota de que ahora somos soprano y suenan con un timbre viril. Tengo la suerte de conversar mano a mano con una gran mezzo/ contralto italiana que viene a cantar al Colón y me enseña ciertas técnicas que corrigen ese incómodo problema.
Y ahora finalmente soy una soprano hecha y derecha pronta a competir por los papeles y brillar.
Y allí aparece una dificultad que no había previsto : no me toman en serio. Me ven como una especie de fenómeno y todo lo que me proponen hace incapie en mi condición de transexual, sea espectáculos concebidos alrededor de esta transformación o puestas en escena que hacen uso y abuso de mi condición.
Tengo invitaciones de cantantes famosas que han venido al Colón y libres de los prejuicios de nuestro medio me insisten en que debo irme a Europa. Pero tengo la determinación de ante todo terminar mi carrera en el Conservatorio para partir si es necesario con un título abajo del brazo que me permita ganarme la vida dando clases.
Y en el interín tomo la decisión de luchar, de hacerme respetar, de no aceptar propuestas que profundicen el cliché que quieren hacer de mi vida profesional, aún al costo de renunciar al beneficio de contratos para aparecer en la TV que me darían dinero y popularidad.-
Puede que María no sea para nada así. Pero es como yo sería y como yo hubiera sentido si me hubiera tocado representar el papel que le tocó a ella.
Yo me imagino siendo María muy jovencita,  quizás con 5 años  descubriendo con bastante terror que algo ha salido mal y que mi pequeña alma de mujer ha venido encerrada en el cuerpo de un hombre. Me imagino tratando de convivir  con esa realidad que a mi temprana edad creo inmutable y tratando de adaptarme a las expectativas de mi familia, de mis amigos, mis educadores que me tratan como a un niño común y corriente ( para evitar la palabra normal ) sin darse por enterados de la contradicción que anida en mi.
Me imagino tratando de abstraerme de ese problema , que creo que no puedo solucionar y concentrando todos mis esfuerzos en mi mundo ideal que es el de la música- Me veo como un talentoso, precoz autodidacta que comienza a dominar el mundo de la música, aprendo a leer partituras musicales, a tocar el piano y finalmente a componer música pudiendo escribir algunas canciones y hasta 3 Operas.

Me veo beneficiado por la suerte con un par de excelentes profesores que le enseñan técnica vocal al hombre que ellos creen que soy y emerger de esas clases como un tenor dotado de una voz de gran calidad y con mi musicalidad, lo cual pronto me hace acceder a personajes protagónicos junto a figuras consagradas y recibiendo muy buenas críticas y una muy favorable respuesta del público. Me veo ganando el concurso de ingreso al Coro Estable del Colón lo cual me asegura un sueldo que no será principesco pero que me pone totalmente a cubierto de apremios financieros para sostener mi vida .
Y allí comienza mi problema real.  Llegado a la edad adulta siento que no puedo continuar fingiendo, que no puedo prolongar la farsa en que se ha convertido mi vida, y que debo vivir como la mujer que siento que soy.
Comienzo por  lo más simple : vestirme , maquillarme, aprender nuevos gestos , nueva manera de caminar .Todo ello tiene dificultades pero no son inquietantes.
Luego viene la etapa de informar a mi familia, mis amigos, mis compañeros de trabajo que tienen que aprender que el hombre que conocieron y quisieron no está más allí y en su lugar estoy yo, que soy el mismo pero al mismo tiempo soy otra.
Pero todo eso es nada comparado con la mayor dificultad. Podré mantener mi carrera como cantante lírico ¿? Se adaptará mi voz al cambio de género ¿? Y tengo que volver a ser autodidacta. No hay profesores de cambio de género vocal porque es un problema que rara vez se ha planteado. Y tengo que aprender por mí m ismo usando las técnicas con las cuales me enseñaron a cantar cuando todavía era un hombre.
Para mi felicidad y sorpresa la voz responde bien y pronto estoy cantando como soprano. Tengo un registro agudo notable que llega al mi bemol, un volumen vocal quizás más importante que el que tenía como tenor. Mis pianísimos son espectaculares. Y tengo que trabajar el centro y el grave que tienden a sonar demasiado contundentes  y con una cierta metalidad.
Tengo además unas 4 notas rebeldes en la zona del pasaje que se resisten a tomar nota de que ahora somos soprano y suenan con un timbre viril. Tengo la suerte de conversar mano a mano con una gran mezzo/ contralto italiana que viene a cantar al Colón y me enseña ciertas técnicas que corrigen ese incómodo problema.
Y ahora finalmente soy una soprano hecha y derecha pronta a competir por los papeles y brillar.
Y allí aparece una dificultad que no había previsto : no me toman en serio. Me ven como una especie de fenómeno y todo lo que me proponen hace incapie en mi condición de transexual, sea espectáculos concebidos alrededor de esta transformación o puestas en escena que hacen uso y abuso de mi condición.
Tengo invitaciones de cantantes famosas que han venido al Colón y libres de los prejuicios de nuestro medio me insisten en que debo irme a Europa. Pero tengo la determinación de ante todo terminar mi carrera en el Conservatorio para partir si es necesario con un título abajo del brazo que me permita ganarme la vida dando clases.
Y en el interín tomo la decisión de luchar, de hacerme respetar, de no aceptar propuestas que profundicen el cliché que quieren hacer de mi vida profesional, aún al costo de renunciar al beneficio de contratos para aparecer en la TV que me darían dinero y popularidad.-
Puede que María no sea para nada así. Pero es como yo sería y como yo hubiera sentido si me hubiera tocado representar el papel que le tocó a ella.

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