reporuzco a continuacion nota excelente sobre el tema que es de
LECTURA IMPRESCINDIBLE
Desde hace unos 20 años se comenzó a subtitular las óperas. En rigor no es subtitulado, porque no están abajo sino arriba de la boca del escenario, por lo cual se lo llama "sobretitulado".
La aparición del sobretitulado causó una pequeña revolución en el mundo de la ópera, la hizo muchísimo más accesible, no sería descabellado decir que está salvando al género.
La gente comun no tiene idea todas las horas de trabajo que hay detrás de esa pequeña magia de los subtítulos.
Para empezar lo más obvio y dificultoso es hacer la traducción correcta ya que no es una traducción literaria común, porque ese texto va a ser leído casi de reojo y debe ser claro y concreto. En cada versión a menudo debe cambiar la elección de palabras. Además en la opera es habitual que en el mismo momento varios personajes canten distintos textos ¿Cual de esas lineas ponemos en este título? Luego hay que fraccionar ese texto decidiendo cuánto va a llegar a leer de un pantallazo el público, sin distraerlo demasiado del escenario. Con ese material se arma un power point. Pero hay que tener en cuenta que entre títulos a menudo hay que insertar una placa negra, porque en el momento que solo hay música instrumental si todavía queda el subtítulo de la de la última frase que fue cantada, la gente se queda enganchada leyendo y una y otra vez ese título y se distrae.
Luego de eso hay que pasar los números de cada uno de esos títulos a la partitura. Por ejemplo La Bohème, en la traducción que vamos a hacer (que me cedió generosamente Mariana Nigro) tiene 1250 títulos. Pasarlos a la partitura me llevó unas 8 horas eso solo! Habitualmente esa misma persona opera los subtítulos en la funciones y debe asistir a los ensayos para conocer el ritmo de la versión, que puede ser mas rapida, mas lenta, tener pausas o no. Y hace correcciones en cada ensayo.
Durante la función sigue el trabajo artesanal: tiene sus ojos clavados en la partitura y mientras va siguiendo lo que escucha, en el lugar donde tiene señalado el cambio del título aprieta la tecla de enter en el momento justo y aparece el título necesario.
Es un trabajo arduo y estresante, que si sale bien no destaca nadie (nadie te va a felicitar por hacer bien los subtítulos) pero si sale mal arruinaste todo.
Dentro de los oficios de la ópera el maestro de subtitulado es el más nuevo quizás, desde acá va un cariñoso saludo a los que se dedican a este oficio,
como mis amigos Mariana Nigro y Raúl Carranza.
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