Los
Aficionados a la Opera están hartos de que año tras año les ofrezcan las mismas,
aburridas y envejecidas óperas. Es por eso que cuando se presenta en uno de los Teatros Oficialesuna de estas óperas”
de museo “ el público huye despavorido de las salas y las representaciones se
hagan con plateas con un mínimo de personas.
Ya
cuando al público se le ofrecen novedades como DER KAISER VON ATLANTIS, JOHNNY
SPIELT AUF, LA OPERA DE DOS CENTAVOS, por citar sólo algunos ejemplos, se
produce un verdAdero tsunami y las entradas son vendidas en su totalidad en las
primeras horas de la apertura de la venta, produciéndose algunos desagradables
conflictos entre personas que luchan por una entrada. Además los teatros se ven obligados a programar funciones
extraordinarias adicionales.
Felizmente
se ha encontrado una alternativa que consigue insuflar in terés a las piezas de
museo re escribiendo su historia y presentando problemáticas modernas que el
autor no pudo tratar porque pertenecen a otra época.
Así
el público queda fascinado con una
versión de UN BALLO IN MASCHERA donde los cantantes están enmascarados toda la
ópera y no solo en el baile final, y donde el atentado contra el tenor se diluye en medio a un asesinato
colectivo de todos los que están en escena,
o una versión –felizmente abreviada porque la música de Wagner no la
aguanta nadie- de la TEATRALOGIA donde se traslada todo a la Argentina y el
problema de los desparecidos.
Con
eso se ha conseguido revertir la tendencia y evitar que el público huya muerto
de aburrimiento en el fin del primer
acto de LA TRAVIATA o El trovatore, ÓPERAS
QUE COMO SE SABE YA NADIE QUIERE VER.
NO
SE ASUSTEN. NO ESTOY DROGADO. ES TAN SOLO UNA IRONIA
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