SUOR ANGELICA
OPERA DE GIACOMO PUCCINI SOBRE LIBRETTO de GIVACCHINO
FORZANO
DIRECCION MUSICAL SILVANA D/ONOFRIO
ENSENBLE ORQUESTAL DE 5 INSTRUMENTOS REUNIDO PARA EL
EVENTO
TEATRO EMPIRE
En primer lugar hay que destacar la grata sorpresa de
ver la sala del Empire, que no es de las menores en cuanto a su capacidad con
un alto grado de ocupación, tratándose como se trata de una función de día
laborable con un elenco sin figuras conocidas y un título que si bien es popular como lo es todo Puccini salvo quizás
Fanciulla, no es de los que automáticamente atraen multitudes como LA TRAVIATA
IL TROVATORE CARMEN RIGOLETTO.
Prueba de que hay un público ávido de Opera que no es
atendido por los organismos oficiales por la escasez y a veces el elitismo de
las programaciones y por el alto costo de las entradas que han quedado fuera
del alcance de los ciudadanos corrientes.
El espectáculo es presentado por la Profesora
GABRIELA IGLESIAS como un proyecto
pedagógico, parte del aprendizaje de un conjunto de jóvenes cantantes. Y jóvenes
en verdad son la casi totalidad de las integrantes del elenco, en algunos casos
acertando en lleno con los personajes como
el de las novicias ERIKA SPINELLI y APOLA HERRERA cantadas con voces
dulcísimamente juveniles, en otros operando un poco a contrapelo como la
demasiado juvenil Zelatrice de LUDIMILA
DISA en magnífica interpretación vocal y escénica o en las muy buenas interpretaciones de MARIA
LAURA WEISS como la Badesa, MARIANGELA NOTTA como la Maestra de las novicias o más aún de
la excelentemente cantada e interpretada pero indisimulablemente joven ZIA
PRINCIPESSA de MARIA GABRIELA FABRE, con
un registro agudo contrastante con sus
graves de pecho que traiciona su juventud.
Deliciosa la sor Genevieva que yo apostaría que fue cantada por LORENA VENGAS si bien el
programa no aclara debidamente si fue ella o
MARTINA GIOIOSA, plegándose a la maldita costumbre del off de no
proporcionar correctamente los repartos.
En este contexto pareció una decisión equivocada que
la Profesora del conjunto notoriamente mayor que todas sus alumnas y con una
voz intacta pero con un timbre claramente maduro se reservara el papel
protagónico, contrastando así en apariencia con todas su colegas de cautiverio.
Pero todo reparo que uno podría formularse, asi como también a su actuación
solvente pero no destacada, desaparece ante la pasmosa solvencia conque canto
la terrible escena final con los reiterados agudos extremos que la Profesora
emitió con gran seguridad y belleza tímbrica sin en ningún caso recurrir a
estridencias vocales como suele ser tantas veces el caso .
De más está decir que tratándose de alumnas de un
Coro polifónico las hermanitas sonaron bellísimamente en las escenas de canto colectivo.
Escénicamente se recurrió a un escenario despojado,
oscuro con apenas una gran cruz y la fuente del milagro que se menciona en la
partitura. Y en diversas escenas se corporizó la presencia de la Virgen María
vestida de blanco, que aparece sobre el final para llevarle el niño a Suor Angélica
que muere con la cabeza de su hijo apoyada sobre su vientre. La versión más
simple, más lineal y más emotiva del milagro
El ensemble orquestal se reveló muy insuficiente para
la partitura de Puccini, pero es lo que
hay y lo que se puede pagar dadas las circunstancias.
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