Los amantes de la opera
tenemos mucho que envidiar a los del ballet.
Fíjense lo que va a ocurrir
con EL LAGO DE LOS CISNES. Un realizador contemporáneo decide crear una versión
modernizada del clásico. Qué es lo que hace ¿? La monta y la presenta anunciándola
como tal, pocos días después de que el BNS presentara
con arrollador éxito la versión clásica agotando las 22.000 butacas disponibles en una ciudad que
tiene 1/3 de la población de Buenos Aires.
Nadie va a impedir que quienes quieran
asomarse a una versión modernizada lo hagan, pero al mismo tiempo no se les impone
a los espectadores dicha versión como la única. Quien ama el ballet clásico tal
cual es tuvo su opción y de gran calidad.
Nosotros los amantes de la ópera
cada vez tenemos más dificultad para ver la obras tal y como fueron ideadas por
sus autores porque a medida que los teatros van siendo copados por los
modernistas en todo el mundo sólo se nos ofrecen seudo recreaciones que se alejan sustancialmente
de la obra recreada. Y no tenemos opción, salvo la de dejar de ir al Teatro,
que muchos ya lo están haciendo.
Un absolutismo modernista nos impone lo que
debemos ver y encima tenemos que soportar ser llamados de ignorantes por estos
nuevos genios que se alzan contra Verdi, contra Mozart, y que además se dan el
lujo de prohibir a Donizetti por vulgar y populachero.
Quienes queremos ver una Aida
que se desarrolle en el Egipto de los faraones y no en un museo de arte contemporáneo
o en un planeta visitado por extraterrestres, un Ballo donde el baile de
máscaras es al final y no en todas las escenas, o donde el tenor es un
Gobernador de Boston o un Rey sueco pero no un ejecutivo de Puerto Madero,un
Julio Cesar donde Cleopatra no sale al balcón de la Plaza de Mayo y poco le
falta para decir COMPAÑEROS ,una Lucia donde Edgardo no llega en bicicleta a su
encuentro con la protagonista, un Rapto
en el Serallo sin terroristas musulmanes copando un aeropuerto, un Don Giovanni
que muere llevado al infierno por la estátua del Comendador y no por un
suicidio tras una overdosis, cada vez tenemos menos chances de hacerlo. Porque
los modernistas detentan el poder y nos imponen sus preferencias. No tenemos
opción. Ni voz ni voto. Salvo en la Boleteria o en el pasillo del Teatro por el
cual podemos huír despavoridos durante el primer intervalo ( hasta que los supriman
para asegurarse de que soportemos todo hasta el final ).
No es de extrañarse que yo en
particular cada vez mas vea más funciones de ballet y disfrute más con ellas
que lo que me ofrecen cuando voy a la opera.
Y sigo pensando que sería bien
mejor ya que no cambiarán las estructuras de poder, que al cabo de una serie de
representaciones de este estilo contestatario, nos ofrecieran a los tradicionalistas
( fíjense que no pido tanto ) una función en versión de concierto para que nos
sea posible disfrutar de la música sin tener que deglutir en seco todo lo demás-
http://www.elpais.com.uy/divertite/teatro/lago-cisnes-mesa-operaciones.html
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