sábado, 17 de agosto de 2019

LA FLAUTA MAGICA – LA PUESTA


LA FLAUTA MAGICA – LA PUESTA

       No debo ser la persona más indicada para comentar una puesta de LA FLAUTA MAGICA dado que es una Opera que poco se comunica conmigo tanto emocionalmente como intelectualmente.  Es una obra que pese a la bellísima  música de Mozart en general no me resulta nada atractiva, por obra y gracia del libretto, una amalgama que no cuaja entre una fábula infantil que predomina en el primer acto y una farragosa exposicicion de los ritos iniciáticos de un grupo masón  cerrado y extensas disquisiciones filosóficas y religiosas, que dominan el segundo acto haciéndolo por momentos ( cuando no está la música de Mozart y hay que oír el largo diálogo hablado en alemán ) muy tedioso.
Hace pocas semanas vi una muy buena versión de JUVENTUS  en el TEATRO AVENIDA-BUENOS AIRES montada con escasos recursos y con escenografías sumarias que daban muy bien los ambientes, donde se apoyaban más bien en la aventura romántica y se dejaban bastante de lado las especulaciones filosóficas.
El teatro SOLIS en cambio decidió apuntar alto y montó una puesta en escena que debe haber costado unos buenos dólares lo cual lleva a replantearse la pregunta de cuan bien se están gastando los escasos recursos que la lírica tiene a su disposición , para colmo divididos entre dos teatros con gestiones independientes. Una independencia que ha llevado a que en esta famélica temporada de 3 operas entre los dos teatros , veamos 2 operas alemanas y 1 italiana. Me pregunto cuantas obras podrían montarse con recursos menos dispendiosos y con elencos predominantemente locales.
La puesta es bella e ingeniosa y cabe elogiar el trabajo de ZAMIRA PASCERI que ha tenido toda la responsabilidad en sus manos asumiendo la dirección escénica, la escenografía , los vestuarios, la iluminación y las proyecciones que en esta puesta son esenciales. Zamira ha logrado en buena medida quebrar el estatismo de los largos parlamentos hablados, adornándolos con sus bellas y por momentos imponentes proyecciones.
Estamos indudablemente ante una artista de talento que sería bueno volver a ver en otras realizaciones y poder observar si entre sus talentos está el de convertirse en portavoz del autor y no en alguien que viene a enmendarlo.
Porque en esta puesta Zamira ha optado por dejar de lado tanto el cuento infantil como la filosofiá de Shikaneder y crear una fábula de seres extraterrestres y viajes espaciales que si bien es muy linda de ver y deslumbró a la platea, que mal conoce la obra y no está demasiado interesada en conocerla,  agravó la incoherencia de la obra introduciendo un tercer nivel de realidad, que poco se conjuga con los otros dos, con el texto y con la música.

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