OTELLO-
ELENCO ALTERNATIVO –( FUNCION DEL DIA SABADO )
En
primer lugar fue decepcionante ver la Sala del Auditorio con tan poco público,
con una platea donde los lugares desocupados parecieron más que los ocupados,
incluyendo la mítica primera fila de la platea alta, que normalmente no es
puesta a la venta porque es el lugar reservado para el público preferencial.
Quizás
el Sodre deba como ya lo hizo el Solis repensar la política de ofrecer 6
funciones con 2 elencos y deba incluír un menor número de funciones y un único
elenco. El público tiende a pensar que el elenco de la primera noche es el
elenco que el Teatro considera mejor y que no tiene sentido comprar entradas
para ver otro elenco, si cuestan lo mismo.
Quizás
deba revisar su política de divulgación y para ello tiene un modelo cerca que
es el BNS que conduce todo lo relativo a divulgación con gran profesionalismo.
Quizás
deba reanalizar el precio de las localidades y para poder reducir su peso en el
bolsillo del público uruguayo que no gana sueldos proporcionales a lo que se
está cobrando, debería concentrarse en títulos menos costosos, dejando de lado
las superproducciones.
Quizás
debería privilegiar las producciones propias, con artistas locales, que pueden
quedar en el acervo y ser objeto de reposiciones sin volver a pagar por ellas.
En
suma, que fue una lástima que el público haya apostado contra el segundo elenco
porque en muchos aspectos superó al primero.
En
primer lugar, como era de esperarse el coro y la orquesta estuvieron mejor
asentados en sus funciones, logrando un mejor desarrollo de la obra. La
orquesta en particular, estuvo notoriamente por encima de la función anterior.
Y en el
elenco hubo varios factores de mejoría. En primer lugar el barítono LICIO BRUNO
reiteró la deslumbrante composición de Iago que ya había ofrecido en LA PLATA,
dominando completamente la escena como un verdadero “deus est machina “ de la
tragedia. Bruno no tiene una voz enorme, pero tiene la voz que hace falta y es
pareja en todo el registro sin desigualdades notorias entre agudos, graves y
centro. Gran trabajo.
SANDRA
SILVERA reiteró sus antecedentes y
volvió a poner sobre el tapete la pregunta de
por qué no se la emplea con mayor frecuencia porque siempre que se la
escala cumple. Tiene una voz pareja , sin dificultad alguna en toda la
extensión, bonitos pianísimos, y agudos no estridentes. Es además una razonable
actriz con una apariencia juvenil garantida por su figura naturalmente esbelta.
Fue un placer verla. Como lo había sido antes en IL TROVATORE, LUISA
FERNANDA,LAS BODAS DE FIGARO e I PAGLIACCI. Como los que vieron los ensayos
dicen que fue en AIDA, ópera que no se le permitió cantar pese a que, siendo
cover, la soprano titular enfermó y no cantó más que la función del estreno..
El
joven y muy promisor ANDRES PRESNO fue
un bellísimo CASSIO en lo vocal, si bien actoralmente fue víctima de la misma
marcación que exageró su juventud.
Y
finalmente tenemos a JOSE AZOCAR. Azocar no era de la partida. Esta función
debió ser cantada por ENRIQUE FOLGER que fue corrido al elenco del estreno por
la enfermedad de CARLOS VENTRE que no pudo cantar . En una verdadera proeza
física cantó el doble programa CAVALLERIA E I PAGLIACCI en Chile, una tarea que no todos los tenores
acometen limitándose a cantar uno de los dos papeles, viajó a Uruguay y cantó
la función de Otello , retornando de prisa a Chile para cantar la última
función del doble programa.
Azocar
tiene con qué. Superado un período de
inestabilidad vocal que lo acometió hace unos pocos años ha vuelto a ser el tenor
seguro y confiable “ garganta de hierro “ como lo apodan entre bambalinas. Y
está familiarizado con la puesta pues ya la ha cantado en Chile y en La Plata.
El relevo ideal entonces.
Contrariamente
a lo que uno podría esperar con esta verdadera epopeya, su voz lució más firme
y segura que en La Plata , donde en algunos momentos asomó un intrusivo vibratto en alguna de las notas.
Por
cierto, no es Azocar un intérprete sutil que profundice en la vida interior del
personaje, pero después de haberlo cantado en reiteradas oportunidades tiene un
dominio y seguridad vocal y escénico del papel que es envidiable. Curiosamente
sonó menos opulento en los graves que
Folger, y más rotundo en la zona aguda. Proyectó un análisis menos detallado
del sufrimiento interior del personaje, pero resultó más convincente en la
proyección de la imagen de autoridad que emana del personaje y que es uno de
los aspectos que Folger debe aun trabajar ( Azocar cantó mucho más tiempo
luciendo la capa lo que ya de por sí proyectó una imagen de autoridad, aunque
quizás esto pueda haber sido casual, una consecuencia de una mala adaptación de
una ropa concebida para otro físico ).
Prudencio,
que tuvo menos problemas con la orquesta en esta función, tuvo problemas con el
público. En más de una oportunidad tuvo que alzar la mano para pedirle al
público que demorara el inicio del aplauso hasta que la orquesta terminara de
tocar. Y en una de las oportunidades luego de haber esperado un tiempo que
pareció una eternidad que se hiciera
silencio para comenzar el acto, tuvo que dirigirse al público con un sonoro
SHHH ¡! Es que el público últimamente considera que la obra se inicia ya no
cuando se levanta el telón como antes, sino cuando el primer cantante comienza
a cantar . Todo lo que viene antes es oído entre conversaciones a veces
ruidosas. Y en general es un silencio precario, interrumpido por comentarios en
voz no tan baja y algún que otro celular
que llama, si bien no es tan notorio como en el cine donde directamente el
silencio no se hace nunca, ya que el público está acostumbrado a ver los films
por la Tv en casa, comentando todo el tiempo lo que ve. Ya he visto en otras
oportunidades a directores como Vieu darse vuelta en medio de la ejecución para
pedirle a una pareja que conversaba en voz bien alta en la primera fila de
platea, que no continuara obstaculizando el sonido y en la Platea del Círculo
esperar en el podio mirando a la platea
que se produjera el silencio, o en La Plata fulminando con una mirada
asesina a una portadora de celular que dejó el suyo encendido y sonó en mitad
de un acto. Pero el SHH quizás haya chocado. Quizás ofendido por esto el
público fue algo menos entusiasta con el director en esta función, dando
oportunidad de que se hiciera notorio el entusiasmo y el respeto que se ha
ganado entre los componentes de la orquesta que permanecieron en sus lugares y
a coro gritaron BRAVO, algo que en más de 50 años de ver Opera nunca había
visto ocurrir. Siempre hay una primera vez.
LUIS G
BAIETTI
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