PELLEAS ET MELISANDE , DE CLAUDE DEBUSSY SOBRE LA
OBRA TEATRAL DE MAURICE MAETERLINCK
DIRECCION MUSICAL –ENRIQUE ARTURO DIEMECKE
DIRECTOR ORIGINAL –GUSTAVO TAMBASCIO
COMPLETADA POR SUSANBA GOMEZ DESPUES DEL
FALLECIMIENTO DE AMBASCIO
ESCENOGRAFIA –NICOLAS BONI
VESTUARIO JESUS RUIZ
ILUMINACION JOSE LUIS FRANCISCO
CORO Y ORQUESTA ESTABLES DEL TEATRO COLON
TEATRO COLON
Alguien seguramente es un gran admirador de esta
Opera en los círculos directivos del Colon. Baste decir que fue representada en
9 temporadas del Teatro, siendo la última tan reciente como 2011, precedida
unos años antes por una versión encabezada por FEDERICA VON STADE en el papel título. ( y estamos hablando de
un Teatro que no tuvo todavía espacio para estrenar títulos famosos del
repertorio como MARIA ESTUARDA Y ROBERTO DEVEREUX que hemos conocido gracias al
esfuerzo individual
de ADELAIDA NEGRI hace unos años y de la CIA LIRICA
DEL SUR hace pocos días)
A juzgar por lo que ví y oí en la platea de este
domingo, este gusto no es compartido por la mayoría de los abonados , notándose
que muchos habían desistido de utilizar sus abonos y directamente no se
hicieron presentes, y los que sí concurrieron aplaudieron con bastante poco
entusiasmo al punto que en uno de los intervalos el Director Musical se
permitió el gesto de pedir con las manos que la platea elevara el volumen de
sus aplausos.
Es en gran medida una injusticia con la Opera de
Debussy que tiene un sólido argumento, un libretto de gran belleza, y una
partitura sutil, delicada, profundamente emocional que en manos de Diemecke y
la Orquesta del Colon sonó esplendorosamente bien.
Es verdad que el estilo lánguido de la partitura y
el hecho de que los cantantes estén reducidos a un perpetuo recitativo
musicalizado que nunca llega a levantar vuelo del todo, aleja a los cultores de
la Opera que quieren oír arias, duos, concertantes y aquí no los encuentran.
Todo esto fue agravado por la decisión de representarla innecesariamente con
dos intervalos de 30 minutos cada uno, lo cual hizo que la función asumiera
proporciones casi wagnerianas, con 3h40 de duración.
La puesta en
escena fue bellísima, dando excelentemente el clima gris , triste, neblinoso
del castillo y sus alrededores, para colmo rodeados por una población que está
sufriendo los efectos de una hambruna. En su momento más creativo sustituyó la
escena de la torre con Melisande dejando caer sus cabellos por la ventana donde
son acariciados y besados porPelleas, y colocó a los dos protagonistas cada uno
en su habitación en sendas torres enfrentadas, convirtiendo lo que en la Opera
es una escena de erotismo mal contenido, en una escena de sexo virtual, con el
tenor visiblemente autosatisfaciéndose. Es gran mérito de la dirección y los
dos intérpretes que la escena haya resultado totalmente creíble pese a la clara
disociación entre lo que se ve y lo que se canta.
En las escenas finales a mi juicio se perdió en
cierta medida el estilo y hubo
sentimientos más extrovertidos casi como los de una ópera verista, chocando con
la continuidad del texto.Es verdad que en la ópera hay un crescendo emocional y
musical y que las emociones finalmente afloran, pero siempre dentro de un
estilo contenido que aquí a mi juicio faltó. No llegó a molestarme del todo la
decisión de trasladar la escena final a exteriores y la reaparición del ángel
caído de Kupfer , convertido así en una suerte de tic del teatro para
representar ciertas óperas. Si bien ha sido totalmente casual porque la puesta
estaba preparada desde mucho antes que Barenboim y su descollante TRISTAN E
ISOLDA desembarcaran en estas playas.
Gran trabajo protagónico de VERONICA CANGEMI que sabe ser a la vez
juvenil, delicada, potente y que sólo me pareció algo desbordada actoralmente
en la escena del cuarto acto donde además la iluminación le jugó una mala
pasada destruyendo en parte la ilusión de juventud que las penumbras de los
otros actos y la calidad excepcional de la actriz habían conseguido crear. La
voz de Cangemi es de gran belleza y sigue una línea extremamente sutil de
canto. Debiéramos verla más a menudo.
GIUSEPPE FILANOTTI aprovechó su voz de tenor/ tenor
y no de barytonmartin como usualmentese dedica a esta
parte, para darle más lirismo y poder de seducción a su personaje.
DAVID MAZE fue un más que correcto Golaud, con
adecuada expresividad y poderío vocal. Gran interpretación de LUCAS DEBEVEC
MAYER con unaimponente voz y un fuerte
trabajo dramático. Un lujo ADRIANA MASTRANGELO en la breve parte de Genevieve a quien todos hubiéramos querido
oír más.
Menos aún lo oímos a CRISTIAN DE MARCO que como
pastor sólo canta una breve frase , lo cual no le impidió destacarse el poderío
vocal con que la cantó. ALEJO LACIAS un sólido médico. Y MARIANELA NERVI FADO
fue un simpático Yniold a quien la orquesta hizo desaparecer buena parte del
tiempo.
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