EUGENIO
ONEGUIN
BALLET
DE JOHN CRANKO BASADO EN LA NOVELA DE PUSHKIN
MUSICA
DE TCHAICOVSKY C/ARREGLOS DE KURT HEINZ
STOLZE
MAESTROS
REPOSITORES-AGNETA S.VALCU Y VICTOR VALCU
ORQUESTA
SINFONICA DEL SODRE BAJO LA DE DIRECCION
MARTIN GARCIA
BNS
BAJO LA DIRECCION DE JULIO BOCCA Y SOFIA SAJAC ( CODIRECTORA )
AUDITORIO
ADELA RENTA –SODRE
Soy
desde hace tiempo un admirador incondicional de los trabajos de Cranko, con justicia
considerado uno de los mayores exponentes del ballet neoclásico, con un inolvidable
pasaje por la dirección del Ballet de Stuttgart antes de fallecer trágicamente
joven. Tuve la suerte de poder ver durante mi estadía de 28 años en Río dos de
sus más notables trabajos ROMEO Y JULIETA, UN TRANVIA LLAMADO DESEO ambos con la actuación protagónica de su musa
inspiradora y bailarina favorita MARCIA HAYDEE. Después pude ver varias veces
más el ROMEO Y JULIETA que en la versión
Cranko era una presencia obligada en el
final de las temporadas anuales de la Staatsoper de Viena.
Quedé
entonces admirado y sigo admirado hoy por la fantástica fuerza teatral de sus
coreografías, un tipo de danza que de hecho es la encarnación cabal de lo que
la Enciclopedia dice sobre el ballet neoclásico “ un ballet con mucha más libertad de movimiento. movimiento que
es visceral, que viene desde dentro y que necesita soltura para fluir
libremente “.
No es tarea fácil
montar Eugenio Oneguin , para comenzar porque los curadores de la herencia de
Cranko guardan un riguroso control de a quienes autorizan a bailarla, y cada
Compañía que solicita representarla es sometida a un examen previo para ver si
cumple con los requisitos de calidad para mantener intactos los valores de esta obra maestra. El Bns fue puesto a examen por un veedor, que
resultó ser nada menos que la propia MARCIA HAYDEE, a quien sorprendí una noche
–emocionado-sentada en la Platea Alta del Auditorio, totalmente anónima, sola y
con su clásica modestia.
Pasamos la prueba y
esa fue la génesis de este excepcional espectáculo , uno de los más importantes
que ha representado la Cia.
Cuenta para comenzar
con una bellísima escenografía y vestuario de PIER LUIGI SAMARITANI Y ROBERTO GUIDI DI
BAGNO , cedidos por el Colón que acaba de presentar este título en su sala y
que a su vez estará presentando LA BAYADERA
con una producción cedida por el BNS.
Viendo los bellísimos
pero simples escenarios, compuestos en su mayor parte por telones pintados, me
dedicaba como amante de la Opera que soy antes que nada, a envidiar a los
amantes del ballet. Por qué los ballets pueden ser presentados con estos decorados
hermosos, que crean el clima del medio
donde se desarrolla el drama y la Opera por el contrario tiene que tener
complicadas y costosas escenografías, cambios de época y hasta de argumento ¿? Por
què tenemos que tragarnos a seco una Cavalleria Rusticana ambientada en una estación
del subte de NY y los balletómanos no tienen que sufrir un LAGO DE LOS CISNES
donde Odette es una guerrillera musulmana y algún otro disparate argumental o
un ROMEO Y JULIETA donde todos son
extraterrestres recién descendidos de una nave espacial , al estilo de lo que
se ve hoy con exagerada frecuencia en los Teatros de Opera ¿?
Enfin. Pero vayamos a
lo que se vió hoy que fue conmovedor y deslumbrante.
ONEGUIN descansa fundamentalmente en 3 personajes que
son muy exigidos tanto técnicamente como dramáticamente.
A nadie puede
sorprender que CIRO TAMAYO haya sido un
LENSKY excepcional, tanto en los
movimientos donde es muy exigido por la coreografía como interpretativamente ,
descollando dramáticamente en la escena del baile donde la indignación va
tomando cuenta de él hasta el momento en que literalmente tiembla de cólera mal
reprimida, la fuerza desesperada de su reto a duelo y el trágico y tierno adiós
a la vida, donde Cranko sin valerse de la maravillosa aria de la Opera ( en ningún
momento utiliza material de la Opera sino de otras composiciones de Tahaicovsy
) consigue igualar el impacto emotivo de la bella aria de Lensky, con un
hermoso solo del bailarín con un ténue
acompañamiento musical.
Tampoco puede nadie sorprenderse
de que MARIA NOEL RICCETTO haya sido una
grácil, refinada elegante Tatiana en las dos escenas del primer acto, ni que
haya dado con singular sensibilidad el enamoramiento por Oneguin en el bello y
difícil pas de deux de la segunda escena.
Después de todo el arte de ser divina es el arma que mejor domina esta genial bailarina
clásica que hemos sabido robarle al mundo. La sorpresa vino después con las
escenas más dramáticas de la obra :la escena de la carta donde Oneguin rasga a su
vez la carta y el corazón de Tatiana, su intento desesperado de evitar el duelo
y sobre todo la desgarradora escena final, donde es ella quien ahora rasga la
carta de Oneguin pero con ella está volviendo a rasgar su propio corazón. En el ballet hay una diferencia sutil con la
Opera, donde ella huye de la escena y es Oneguin el que queda solo para dar
rienda suelta a su dolor, en el ballet es él quien sale apresurado de escena y
es ella quien debe culminar la obra con
su gran máscara de dolor. En todas estas
escenas Riccetto estuvo sencillamente sobrecogedora y dió cabal muestra del
grado de madurez que ha alcanzado como intérprete, que ahora sí está a la
altura de la casi perfección como bailarina que trajo desde que llegó, y ha logrado
lo que para mí fue su mejor interpretación desde que está en la Cia, lo que no
es decir poco.
Pero el mayor
triunfador de la noche ha sido CIRO MANSILLA. No porque haya estado mejor que
sus dos colegas, no es el caso. Sino porque representa el mayor paso adelante
para él. Mansilla ya había mostrado en
CARMEN sus progresos como intérprete pero tenía aquí el compromiso mayor de su
carrera y es visible que se aplicó con uñas y dientes a estar a la altura de la
dura prueba y vaya si lo consiguió. La obra es técnicamente un catálogo de
dificultades y Mansilla que en el pasado
ha mostrado una calidad variable en lo técnico aquí se ha superado notoriamente
logrando estar completamente a la altura de todas las exigencias, especialmente
los dos difíciles pas de deux con Tatiana. En lo interpretativo su trabajo no
puede ser más notable. Oneguin es de hecho a lo largo de la obra unos 5
personajes emparentados pero diferentes. En la primera escena es el aristócrata
distraído que mira con condescendencia y aire distraído. En la segunda escena
ya no es él : es la imagen que sobre él proyecta Tatiana en su sueño. En el
baile es un Oneguin desagradable , encolerizado, destructor. Y en las dos
escenas finales es un hombre envejecido, marcado por la vida, que viene a implorar
clemencia y es rechazado. Finísima composición y una noche de triunfo para el
joven bailarín que recibió no solo el reconocimiento del público sino de su
propia partenaire que depositó a sus pies el ramo de flores que Bocca le
entregara, un gesto que por otra parte la dignifica como compañera, y como
persona que pudiéndose darse aires de diva
se siente una más del grupo. Brava.
Bonita , delicada la Olga
de CARELIZ POVEA que creció
interpretativamente para dar el dolor en la escena del duelo. Sòlidos trabajos
de ESTEBAN CLAVERO como Gremin y de JOYCE ALVES
una Mme Larina joven y entusiasta
Se intuye por tras de
estos grandes logros interpretativos un gran trabajo de los repositores que me
animo a apostar han trabajado con intensidad las motivaciones de cada gesto de
los personajes. Gran trabajo.
El Coro ( sigo usando
este término importado de la Opera ) se lució cada vez que participó con un
punto alto en las diagonales aceleradas de la primera escena que arrancaron una
sonora ovación a telón abierto , la primera de la noche.
Este ballet perdería
muchísimo si no se contara con la Orquesta , que tuvo una noche de gran rendimiento,
dando el ritmo y la intensidad dramática requeridos para mantener al ballet en
su curso.
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