OPERA DE GIUSEPPE VERDI CON LIBRETTO DE FRANCESCO PIAVE SOBRE LA OBRA TEATRAL DE ANGEL DE SAAVEDRA. REVISION PARA LA SEGUNDA VERSION DE LA OPERA DE ANTONIO GHISLANZONI.
TEMPORADA 2011 DEL TEATRO REGIO DE PARMA- REPUESTA
EN SRTREAMING
LA FORZA es
una ópera irregular, al igual que su predecesora UN BALLO IN MASCHERA donde
conviven vestigios del Verdi aún en proceso de maduración pero con su gran
capacidad dramática y melódica , con el Verdi de los años maduros que
produciría las que para mí son sus obras maestras AIDA DON CARLO Y OTELLO. En medio
a un fuerte dramón de coincidencias argumentales poco verosímiles , identidades
cambiadas , odio y sangre Verdi supo componer algunas de las escenas mas
brillantes y más conmovedoras de toda su producción como lo son toda la escena
del Convento con la llegada de Leonora fugitiva, los tres enfrentamientos entre
el tenor y el barítono, y la maravillosa escena final que fue en realidad un regalo
que Ghislazoni le hizo a Verdi. Este lo había contratado para cambiar el final
escrito por Piave, que no pudo reescribirlo él mismo porque estaba muy enfermo,
y hacerlo menos violento. El genio de Ghislanzoni unido a la vibrante música de Verdi logran un verdadero
milagro. Una opera marcada por la tensión y la violencia termina con la paz
instalada en el escenario y una orquesta
que se apaga gradualmente como se apagó la vida de la protagonista que canta al
morir una de las frases mas hermosas que
haya escrito Verdi, que cuando es cantada por una soprano con la fuerza dramática y los pianísimos requeridos
nunca deja de provocar una intensa emoción .
LIETA POSS IO PRECEDERTI
ALLA PROMESSA TERRA
LA FINIRA LA GUERRA
SANTO L AMOR SARA
( y perdonen
los italianos si cometo algún desliz ortográfico, pero estoy citando de memoria
)
El TEATRO REGIO DE PARMA presentó una gran versión de la Opera a la
altura de la nobleza de su texto.
Factores decisivos fueron la austera, concentrada ,
estupenda puesta de STEFANO PODA que con muy escasos elementos escenográficos
logró dar el ambiente y el clima de todas las escenas ( asi por ejemplo le
bastó una cruz iluminada y el escenario a oscuras para dar la idea del
Monasterio ) y movió con gran teatralidad a sus intérpretes. Las escasas
estructuras escénicas utilizadas permitieron además rápidos cambios de escena a
telón abierto otorgando continuidad a la acción. Y una lección para directores escénicos
con menos experiencia : en las escenas
donde prima la oscuridad, siempre hay un spot para iluminar el rostro de los
intérpretes y poder apreciar sus expresiones. Gran momento de la puesta fue la
escena de LA VERGINE DEGLI ANGELI con el escenario completamente a oscuras iluminado
solo por las velas que portan los integrantes del coro y la enceguecedora luz
que emana de la gran cruz que preside la escena. Unica limitación , muy comun
en todas las representaciones de opera europea, fue el coro masculino vestido
en traje de gala moderno con saco y corbata como si fueran a cantar en un
recital. Como no acierto a encontrar explicación alguna para tal procedimiento,
que en otros teatros llega a incluír a los protagonistas masculinos,sólo se me
ocurre que es un artificio ideado para limitar el costo de los vestuarios. Pero
es francamente feo y contrario a la teatralidad de la obra.
Otro gran puntal de la versión fue el maestro GIAN LUIGI GELMETTI uno de los mejores
directores musicales de Italia muy especialmente en este repertorio, que sacó
gran partido de la Orquesta del Regio que no es una de las orquestas de primer nivel
como las del Covent Garden el Met o la Opera de Viena, pero tiene lo suyo.
Reunió además un excelente elenco sin estrellas de primera
linea pero con gran calidad vocal e interpretativa.
VLADIMIR STOYANOV fue un Don Carlo de Vargas
violento y noble a la vez, con un pleno dominio de la difícil partitura a él
asignada. Fueron suyos varios de los mejores momentos de la representación con
puntos muy altos en el aria MORIR, TREMENDA COSA y en los violentos
enfrentamientos con el tenor .
ROBERTO SANCIUZZI dio cátedra de autoridad musical
y dulzura celestial en un papel que parece haber sido escrito para sus condiciones.
Por una vez resultó de total justicia de que corresponda a él la última frase
SALITA A DIO que se canta en la Opera.
AQUILES LANZA
tuvo un alarmante comienzo con una pobre ejecución del dúo inicial con
LEONORA donde sus agudos sonaron tirantes y forzados . Pero una vez superado
este escollo, quizás debido a tener aun la voz fría, pasó a dar una versión impresionante
del Don Alvaro uno de los e de tenor más exigentes que escribió Verdi, tanto
que con la excusa de la mala suerte que se dice que porta la opera muchos tenores le huyen como al
demonio. Su versión del aria figura entre las más impactantes que he oído . Y
sus enfrentamientos con el barítono son fuego puro de ambas partes. Y eso que a
lo largo de la obra varios de sus agudos vuelven a sonar tirantes. Curiosamente
en lugar de sufrir fatiga vocal, su voz va mejorando con el transcurso de la Opera
y para el momento en que llega asu enfrentamiento final con el barítono está en
plena posesión de sus recursos y da una versión memorable. A lo largo de toda
la obra da muestra de una total compenetración con el personaje que llega al
paroxismo en la escena final donde literalmente se lo ve dialogando con Dios,en
intensa comunicación..
Impresionante trabajo de CARLO LEPORE como Fray Melitone con una voz bien más importante
que lo que normalmente se adjudica al papel. Su escena con los menesterosos en
la que pierde la poca paciencia que tiene y los expulsa de la Iglesia es
absolutamente memorable.
Una sólida creación de MARINA PENCHEVA como Preziocilla , si bien en alguna de las
escenas sus agudos suenan francamente estridentes. Algo debe haber en la
partitura porque he oído muy pocas
mezzos ( y las cuento con los dedos de una sola mano ) que no padezcan del
mismo problema cuando encaran esta parte.
DIMIXTRA THEODOSSIU
logró una valiosa si bien no inobjetable versión de la protagonista.
Dimitra es ante todo una excepcional actriz que en todo momento sirvió con gran
intensidad al drama. Posee una voz muy lírica de singular belleza con conmovedores
pianísimos que sabe usar con gran efecto dramático ( y la obra le ofrece
numerosas oprotunidades de hacerlo ) Pero no es una lirico spinto como el papel
pide. Sus graves son inobjetables pero
poco sonoros y en el extremo agudo exhibe una cierta tirantez y un a gatas bien
controlado vibratto, propio de quien está cantando fuera de su registro normal.
Y el timbre vocal, hermoso, es demasiado
claro. Es ilustrativo compararla con otra soprano más célebre que ella ( quizás
la más célebre y taquillera soprano en actividad ) que padece del mismo
problema de estar cantando papeles dramáticos que no son los normales para su
voz. Pero Dimitra tiene una gran virtud, y es que aún saliéndose de su registro
normal no altera artificialmente el
color de su voz, por lo cual acaba no
produciendo los sonidos guturales y entubados que afean las interpretaciones
de su más afortunada colega.
En suma una versión muy atendible de esta Opera por
la que confieso una gran debilidad , tanto que he aprovechado esta temporada de
streamings para oír/ver otros tres
repartos importantes, todos ellos del Met : los encabezados de Leontyne Price,
Sharon Sweet y Deborah Voigt respectivamente.
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